El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió a la fiscal general en funciones, Sally Yates, después de que ella cuestionara la legalidad de la prohibición de inmigración impuesta este fin de semana por la nueva administración. (La Casa Blanca se lo deja claro a los diplomáticos: «Si tienen objeciones sobre la política migratoria, que dejen sus cargos»).
Trump firmó el pasado viernes una orden ejecutiva en la que prohíbe temporalmente la entrada a EE.UU. de ciudadanos provenientes de Irán, Irak, Siria, Sudán, Somalia, Libia y Yemen. (Barack Obama saca la cara por los musulmanes: «Los valores estadounidenses están en peligro»).
Sally Yates, quien había sido nombrada bajo la presidencia de Barack Obama, ordenó anteriormente a los abogados del Departamento de Justicia que no hicieran cumplir la orden ejecutiva del presidente.
En un comunicado, la Casa Blanca dijo que Yates había «traicionado» al departamento.
Dana Boente, abogado de EE.UU. para el distrito del este de Virginia, la substituye como procurador general.