Fue a los cinco días de estrenar mandato, durante una reunión con su recién confirmado secretario de Defensa, James «Perro rabioso» Mattis, y su consejero de seguridad nacional, Michael Flynn, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó el primer operativo en el extranjero de su administración.
El presidente de EE.UU., Donald Trump el operativo del domingo en Yemen.
Era una acción en Yemen que ya había sido revisada por los consejeros de seguridad de Barack Obama, pero que quedó por autorizar ya que estaba planeada para cuando el demócrata ya no estuviera al frente del ejecutivo.
Y en la reunión también estaba presente, además del vicepresidente Mike Pence, su controvertido estratega jefe, Stephen Bannon, y a quien Trump otorgaría días después un asiento en el comité de «principales» del Consejo de Seguridad Nacional (CSN).
Ya el domingo, el mismo día del operativo, el republicano proclamó que había sido todo un «éxito».
El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo el domingo que la operación en Yemen había sido un «éxito».
Y anunció, sin dar más detalles, que con él se había conseguido «información relevante que ayudará a EE.UU. a evitar ataques terroristas contra sus ciudadanos y contra gente en todo el mundo».
Pero desde entonces han ido saliendo a la luz detalles del operativo. Te contamos lo que se sabe hasta el momento.
«Recopilar información»
La misión la llevó a cabo una unidad de fuerzas de élite del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por sus siglas en inglés), en Yakla, un pueblo de Bayda, la montañosa provincia del centro de Yemen.
La operación estuvo a cargo de una unidad de fuerzas de élite del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por sus siglas en inglés).
El objetivo, según lo señaló el portavoz del Pentágono, el capitán Jeff Davis, era «recopilar la información necesaria para trazar el mapa (de la ubicación y las actividades) de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA)», la rama en Yemen de la organización del desaparecido Osama Bin Laden.
La intervención, que según los funcionarios estadounidenses, consistió en 50 minutos de «feroz enfrentamiento» entre las fuerzas especiales y los que consideraban militantes de AQPA, se saldó con la muerte del primer oficial mayor William Owens.
Y el capitán Davis, portavoz del Pentágono, informó también que otros militares estadounidenses habían resultado heridos durante la misión.
Esto ocurrió, según explicó, tras el aterrizaje forzoso del Bell-Boeing V-22 Osprey -una aeronave militar polivalente catalogada como convertiplano o avión de rotores basculantes, tiene capacidad de despegue y aterrizaje vertical- en el que iban.
La nave después fue destruida por un ataque aéreo de EE.UU., para evitar que cayera en manos de los milicianos locales.
Una aeronave Bell-Boeing V-22 Osprey como la de la foto fue destruida durante la misión.
Davis anunció además que en la intervención murió uno de los líderes de AQPA, Abdul Rauf al Dhahab, así comouna treintena de «lugareños», sin dar más detalles.
Posteriormente, las fuerzas militares estadounidenses especificaron que en la operación fallecieron 14 militantes de Al Qaeda, incluyendo a tres de sus lugartenientes.
Denuncias sobre víctimas civiles
Sin embargo, los médicos que acudieron después a la zona le contaron a la agencia de noticias Reuters que entre los 30 muertos había 10 mujeres y también niños.
La organización de derechos humanos con sede en Londres Reprieve dijo que la cifra de víctimas civiles fue de 23, incluyendo 10 menores, de los cuales uno era un recién nacido.
Reprieve también citó informes locales según los cuales durante la operación una mujer con un embarazo bastante avanzado recibió un disparo en el vientre, tras lo cual dio a luz a un bebé herido que murió poco después del parto.
Por su parte, un funcionario yemení le dijo al diario estadounidense The New York Times que las mujeres fallecidas eran al menos ocho y los niños siete, de entre 3 y 13 años.
Entre los menores que se reportaron como víctimas mortales de la operación estaba Nawar al Awlaki, de 8 años, la hija de Anwar al Awlaki, quien según EE.UU. era el ideólogo de AQPA y murió tras un ataque con drones el 30 de septiembre de 2013.
Así se lo contó su abuelo, Nasser al Awlaki, quien en su día fue el ministro de Agricultura de Yemen, a la cadena de televisión estadounidense NBC News, aunque esto no ha podido ser verificado de forma independiente.
Según su abuelo Nasser al Awlaki, en el operativo del domingo en Yemen murió Nawar al Awlaki (en la imagen, en la pantalla de una computadora), de 8 años, la hija de Anwar al Awlaki, quien según EE.UU. era el ideólogo de AQAP.
Según Al Awlaki, la niña, a la que también llamaban Nora, había ido a visitar a su madre cuando tuvo lugar la intervención.
«Estaban sentadas en casa cuando una bala la alcanzó en el cuello», relató el abuelo.
Y señaló que también murieron otros niños durante la acción.
«(Las fuerzas especiales de EE.UU.) entraron en otra casa y mataron a todo el mundo, incluidas todas las mujeres. Después quemaron la casa. Y se cree que allí se encontraba una mujer de Arabia Saudita que tenía vínculos con Al Qaeda», explicó.
«Todo lo que sabemos es que era la maestra de los niños», añadió.
«Ejecuciones extrajudiciales»
En las redes sociales han circulado varias fotografías que quienes las compartieron aseguran corresponden a la operación. En ellas se ve el cadáver de una mujer y varios niños aparentemente muertos.
Asimismo, Baraa Shiban, un yemení miembro de Reprieve, le dijo al diario estadounidense The Washington Post que había hablado con un líder tribal, Jabbr Abu Soraima, quien se encontraba en el terreno tras la intervención.
Y que éste le contó que «la gente tenía miedo de salir de sus casas, porque se oían el sonido de los helicópteros y los drones sobre sus cabezas».
«Todos temían que les alcanzaran los drones o los disparos de los soldados en el terreno».
En otro ataque aéreo llevado a cabo en Yemen por la coalición internacional que lidera Arabia Saudita el 5 de octubre de 2016 durante un funeral murieron 140 personas y resultaron heridas 525.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Yemen, Abdul Malik al Mekhlafi, denunció en Twitter la acción militar de EE.UU. en su país.
«Condenamos las ejecuciones extrajudiciales y el asesinato de civiles como actos que apoyan al terrorismo», escribió en la red social, a lo que añadió que los militares estadounidenses destruyeron el pueblo de Yakla.
La respuesta del Pentágono llegó al día siguiente, el lunes.
Su portavoz, el capitán Davis, informó a la prensa que el Pentágono estaba «evaluando» las denuncias sobre víctimas civiles.
Pero advirtió que estaba tomando «los informes sobre muertes de mujeres con pinzas».
«Había allí muchas mujeres combatientes», dijo.
«Durante la operación vimos que varias mujeres corrían hacia posiciones preestablecidas, y consideramos que habían sido entrenadas como combatientes».
«Posiblemente niños»
Pero el miércoles, a los tres días de la intervención y de que Trump proclamara su éxito, el Comando Central del ejército de EE.UU. reconoció por medio de un comunicado «la probable existencia de víctimas civiles».
Ese mismo día el presidente estadounidense había volado a la base aérea de Dover, en Delaware, para estar presente en la repatriación del cuerpo del oficial Owens, el miembro de las fuerzas especiales estadounidenses muerto en la intervención.
Este miércoles el presidente de EE.UU., Donald Trump, acudió a la base aérea de Dover, en Delaware, para estar presente en la repatriación del cuerpo del oficial Owens, el miembro de las fuerzas especiales estadounidenses muerto en la intervención del sábado en Yemen.
El equipo que llevó a cabo de la investigación del caso «lamentablemente concluyó que civiles no combatientes pudieron haber muerto en medio del enfrentamiento», entre ellos «posiblemente niños», señaló el Comando Central.
Aunque no dio detalles sobre estos, ni especificó que uno de ellos pudiera haber sido Al Awlaki, cuyo hermano Abdulrahman, también murió por un ataque de EE.UU. en septiembre de 2011 a los 16 años.
«Las muertes de civiles pudieron haber ocurrido cuando posiblemente se encontraron en medio del ataque aéreo con el que se apoyó a las fuerzas de Estados Unidos en contacto con un determinado enemigo, que incluía a mujeres armadas que disparaban desde posiciones de lucha preparadas», informó en concreto el Comando Central este miércoles.
Y su portavoz, el coronel John Thomas, añadió que «Al Qaeda en la Península Arábiga tiene un horripilante historial de esconder a mujeres y niños en áreas en las que operan militantes y en campos terroristas, y ha mostrado una constante indiferencia hacia las vidas de inocentes».
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo este jueves que la operación en Yemen estuvo muy bien pensada.
«Es difícil decir que algo fue un éxito completo cuando ha muerto alguien o hay personas heridas, pero creo que cuando miras a todo lo que se ganó para prevenir muertes en el futuro… creo que fue una operación exitosa como quiera que se le mire», dijo.
En marzo de 2015, los rebeldes hutíes derrocaron al gobierno yemení del presidente Abdu Rabbu Mansour Hadi, aliado de EE.UU. en contraterrorismo.
Como consecuencia de ello, EE.UU. se vio obligado a retirar del país a 125 asesores de operaciones especiales.
Según reportaron las autoridades locales, durante la administración de Barack Obama cientos de personas murieron en Yemen por ataques con drones.
Según los expertos en seguridad, el hecho de que EE.UU. perdiera a Yemen como base para entrenar a sus fuerzas especiales en contraterrorismo fue un golpe que impulsó el avance del brazo de Al Qaeda en la región.
Sin embargo, el Pentágono ha intentado recuperar esa posición en Yemen.
Y así, el año pasado el Comando Conjunto de Operaciones Especiales ayudó a las tropas de Emiratos Árabes Unidos a expulsar a militantes de AQAP de la ciudad portuaria yemení de Mukalla.