Es la primera vez que se presentaba a unas elecciones, tiene menos de 40 años y no pertenece a ningún partido. Y ganó.
Emmanuel Macron ganó este domingo las elecciones presidenciales en Francia tras derrotar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales a la candidata ultraderechista Marine Le Pen, del Frente Nacional.
El próximo 14 de mayo, cuando tome posesión de su nuevo cargo, Macron se convertiría en el más joven líder de Francia desde que Napoleón fue coronado emperador a los 35 años.
Pero, ¿quién es Emmanuel Macron? ¿Cómo logró en poco más de un año hacerse con la presidencia de la segunda economía de la Unión Europea?
En Marche!
Macron saltó a la escena política primero como asesor económico del presidente socialista François Hollandey, desde 2014 como su ministro de Economía.
Antes había trabajado como banquero de inversión en Rothschild & Cie.
Algunos analistas decían que no era necesario apoyar a Macron para frenar a Le Pen, ya que cualquier rival resultaría vencedor antes que ella.
En abril de 2016, sin haber dejado aún su cartera en el gobierno, lanzó el movimiento En Marche! (¡En marcha!) con un acto público en Amiens, su ciudad natal, en el norte del país.
En aquel momento aseguró que su intención era superar las diferencias tradicionales entre la izquierda y la derecha.
«Refundar desde abajo, de manera sincera, auténtica, verdadera. La idea de este movimiento político es una dinámica:ante el bloque de la sociedad, intentar avanzar», afirmó en Amiens.
Macron se presentó como liberal en lo social, partidario de la desregulación económica y defensor a ultranza del actual modelo de Unión Europea.
Cuando en noviembre, seis meses después de la creación de En Marche!, el ya exministro anunció su candidatura, algunos vieron en esa decisión un salto al vacío.
Sin embargo, a medida que avanzó la campaña presidencial, Macron afianzó su liderazgo en las encuestas y en las urnas, pasando a segunda vuelta donde este domingo enfrentó y derrotó a Le Pen.
La «mejor opción»
«Hay gente que argumenta que Macron era la mejor opción para frenar a Marine Le Pen porque al ser más centrista puede recabar apoyos tanto a izquierda como a derecha», le dijo a BBC Mundo el profesor Philippe Marlière, de la University College London.
«Sin embargo, también se dice que su punto débil era que no se sabe bien de dónde viene, que no tiene experiencia», agregó.
A Macron los críticos lo tachan de ser heredero de Hollande.
No obstante, la mayor parte de los analistas dudaba de las posibilidades reales de Le Pende llegar a la presidencia: en una segunda vuelta, señalan, la candidata del FN tendrá difícil superar el 50% de los votos necesarios para vencer.
En este sentido, el politólogo Thomas Guénolé relativizaba la importancia del rival a la hora de frenar a la candidata del Frente Nacional en el balotaje.
«Todos vencerían a Le Pen en la segunda vuelta», afirmó el analista en diálogo con BBC Mundo.
Una situación inédita
Macron llegó a la segunda vuelta al frente de un movimiento político que no está constituido como partido y que no cuenta con representantes electos, y esto plantea una situación inédita en la historia reciente del país.
Así, al llegar a la presidencia, Macron dependerá para gobernar del apoyo de diputados de otros grupos, al menos hasta las elecciones legislativas de junio.
Con tres candidatos que aglutinan el 75% de los votos, los resultados de las elecciones de este año eran inciertos.
Guénolé trata de ilustrar el quién es quién de las elecciones presidenciales francesas a través de un paralelismo con la política estadounidense.
«Emmanuel Macron es la versión francesa de Hillary Clinton. Es un defensor de la globalización que intenta que se le considere de izquierdas porque asegura que la extrema derecha es mala. Es curioso porque Le Pen sería la versión francesa de Donald Trump y Jean Luc Mélénchon, el candidato de la izquierda radical, sería la versión francesa de Bernie Sanders», agregó el politólogo.
Pero volviendo a Francia, para explicar la popularidad de Macron, apuntan los analistas, hay que entender la coyuntura que atraviesan los partidos tradicionales.
En un clima de desafección frente a las clases políticas, el líder de En Marche! se posicionócomo una alternativa a los partidos tradicionales, reclamando (como hace el Frente Nacional desde otras coordenadas ideológicas) el voto de los electores descontentos.
«Macron es una especie de populista en el centro. El populismo puede ser de derechas, de extrema derecha, de izquierda o de extrema izquierda, pero también puede ser centrista. Él está diciendo a la gente que efectivamente las cosas están mal y que no es de derecha ni de izquierda. Les dice: síganme, soy un líder fuerte», apunta Marlière.
Sin embargo, es difícil encuadrar a Macron fuera del establishment político y económico francés.
Macron no pertenece a ningún partido político tradicional e intenta que no se le identifique ni con la derecha ni con la izquierda.
Al contrario, el experto lo describe como un «hombre del sistema». «Las grandes empresas y los grandes medios quieren que sea elegido», opina.
Y ese es uno de los flancos a los que Le Pen dirigió sus ataques contra él. «Es un vacío absoluto, sideral», afirmó la candidata del FN en el primer debate presidencial el pasado 20 de marzo.
El exministro de Economía es lo que en Francia se conoce como un «enarca», un egresado de la Escuela Nacional de Administración, la prestigiosa institución educativa por la que pasa buena parte de los altos funcionarios del país y de sus líderes políticos.
«La cuestión es que intenta crear una marca Emmanuel Macron que es nueva, moderna, joven, fresca e innovadora. Sin embargo, viene de los círculos más altos de la élite clásica francesa. Y lo que defiende son las políticas económicas que hemos estado aplicando en los últimos 20 años», afirma Guénolé.