Las ansias independentistas de los uigures musulmanes, -que en sus ratos libres se cuelan por la frontera turca para ayudar al ISIS-, traen de cabeza a Pekín desde hace décadas.
La guerra contra ellos, tanto diplomática como ofensiva, les ha valido tan solo a las autoridades que la ONU y EEUU considere al independentista Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM), un grupo terrorista.
Y mientras tanto se suceden en el país los atentados «extremistas» en la región autónoma de Xinjiang, -que estos llaman ‘Turquestán Oriental’- y en donde la mentada etnia lucha contra la colonización de chinos de la ‘rama’ han y, de paso, contra las políticas de homogeneización.
El protagonista del vídeo que abre estas líneas, subido ahora a las redes menos covencionales, es así un iracundo terrorista uigur, que dicho sea de paso es una de las 55 minorías nacionales de China, que en total apenas suponen el 9% de su población.
Hace unos meses, provisto de un hacha y hecho una fiera, atacó con unos compinches a un grupo de civiles en Xinjiang. Rodeado de policías de la CAPF (la Policía Armada del Pueblo Chino), no quiso soltar su arma, y acabó muerto lleno de balas en la calle tras arrojarla contra uno de los cinco agentes que le dieron el alto, -tres de ellos uniformados y quienes al fin y a la postre fueron los que apretaron el gatillo soltándole unas ráfagas de aúpa-. Los otros dos pusieron pies en polvorosa por si las moscas.
Le dispararon tras ordenar el líder del pelotón efectuar un tiro al aire, ya que la ley china estipula que las fuerzas de seguridad deben actuar de tal guisa, antes de cargarse a nadie.