Un nuevo escándalo se desató este lunes por las supuestas relaciones entre los gobiernos de Donald Trump y Vladimir Putin. The Washington Post y The New York Times informaron que el presidente norteamericano habría revelado información clasificada al Kremlin.
Según los prestigiosos periódicos, el jefe de Estado habría compartido datos de inteligencia con el canciller ruso, Sergei Lavrov, y el embajador de ese país en Washington, Sergei Kislyak, cuando los recibió en la Casa Blanca la semana pasada.
La revelación de The Washington Post ocupó de inmediato los medios principales de los Estados Unidos, que apuntaron a las consecuencias para la seguridad nacional y la confianza de los aliados del país.
También The New York Times informó sobre el hecho. Los detalles que brindó el mandatario -publicó- podrían exponer la fuente de la información y la manera en que se la consiguió.
Ambos medios aludieron a los dichos de un «actual y ex funcionario del gobierno nacional».
La información estaría relacionada con la posibilidad de que ordenadores portátiles puedan ser utilizados en vuelo para realizar algún tipo de ataque terrorista, algo que ya ha llevado a EEUU a prohibir portar computadoras portátiles en el equipaje de mano en vuelos procedentes de Medio Oriente.
Según los periódicos, Trump discutió con los rusos las capacidades de espionaje de un aliado estadounidense clave que obtuvo la información sobre esos planes terroristas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Además, Trump habría revelado el territorio bajo control de los yihadistas donde el socio estadounidense consiguió la información secreta de espionaje.
Pese a todo, el presidente estadounidense tiene protección ante la ley para compartir y transmitir información clasificada, por lo que no habría incurrido en una ilegalidad, como sí habría ocurrido en el caso de cualquier otro funcionario estadounidense.
No obstante, pronto comenzaron las desmentidas desde la Casa Blanca. El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que Trump y los diplomáticos rusos «no discutieron fuentes, métodos ni operaciones militares».
El asesor en temas de seguridad H.R. McMaster, por su parte, aseguró también que «en ningún momento se habló de fuentes ni de métodos de inteligencia», y la asesora secundaria Dina Powell fue más lejos: «La noticia es falsa».