LAS COSAS DE TRUMP

Trump en la Casa Blanca: «¡Matemoslo!», «Vayamos ahí y matemos a muchos»

El trabajo periodístico que tiene a Donald Trump con los pelos de punta

Trump en la Casa Blanca: "¡Matemoslo!", "Vayamos ahí y matemos a muchos"
El presidente Donald Trump (EEUU). EP

El famoso periodista Bob Woodward, quien contribuyó periodísticamente en el escándalo de Watergate y que ocasionó la caída de Richard Nixon, anunció su más reciente obra «Miedo: Trump en la Casa Blanca».(Irán sufre las sanciones de Trump)

Según el diario «The Washington Post», en el libro, sobre el actual presidente de Estados Unidos, se aborda la desconfianza reinante en el equipo del presidente. Sus abogados, sus altos cargos, nadie parece al fin al cabo confiar demasiado en que Donald Trump vaya a hacer lo que es debido, según escribe Woodward, que lo ilustra con una retahíla de ejemplos a cual más sorprendente. Éste es un resumen de ellos recopilado del citado libro por la cadena NBC:

– Gary Cohn, que sirvió como principal asesor económico del presidente hasta marzo, robó una carta de la mesa de Trump antes de que pudiera firmarla porque habría sacado a Estados Unidos del tratado comercial con Corea del Sur. Según Woodward, Cohn asegura que el presidente nunca se dio cuenta de lo ocurrido.

– En abril de 2017, Trump llamó al secretario de Defensa, Jim Mattis, y le ordenó que asesinará al dictador sirio, Bashar al Assad, después de que éste lanzara un ataque con armas químicas contra su propio pueblo. «¡Matémoslo!», aseguró el presidente, usando palabras malsonantes, según el libro, «vayamos a allí y matemos a muchos». (Eminem fue interrogado por el Servicio Secreto bajo órdenes de Trump)

Mattis prometió que lo haría, pero acto seguido le dijo a un subordinado: «No vamos hacer nada de eso, vamos a ser mucho más mesurados». Finalmente, Estados Unidos lanzó un ataque con misiles contra una base aérea en represalia por el uso de armas químicas.

– John Dowd, que hasta marzo ejerció como abogado personal del presidente dentro de la investigación sobre los supuestos lazos de su equipo de campaña con el Gobierno ruso, estaba tan preocupado porque Trump pudiera cometer perjurio en caso de hablar con el fiscal especial Robert Mueller que escribió un falso interrogatorio para probar sus tesis. Lo llevaron a cabo en enero, y, en efecto, Trump se contradijo varias veces y terminó por enfurecerse: «Esto es un maldito engaño», dijo, según el libro, «no necesito testificar».

«No testifiques. Es eso o el traje naranja», le dijo meses después el abogado, en referencia a la vestimenta típica de los presidiarios. Pero el presidente había cambiado de nuevo de idea: «Sería un buen testigo», le respondió. El abogado dimitió ese mismo día.

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