Las últimas horas de la agenda del dictador Nicolás Maduro han sido muy agitadas. La situación del país latinoamericano ha sido uno de los focos en la 73° sesión de la Asamblea General de la ONU. Algunos líderes internacionales aprovecharon su discurso para condenar las violaciones a los derechos humanos en el país caribeño y exigir un mayor apoyo de la comunidad internacional. En medio del río de denuncias, Nicolás Maduro sorprendió a todos al decir presente en Nueva York.
En la agenda oficial de la Asamblea figuraba entre los últimos oradores, por lo que tuvo tiempo de mantener algunas reuniones bilaterales en la ONU. (El tirano Maduro asegura en la ONU que está dispuesto a reunirse y ‘dialogar’ con Trump)
En su cuenta de Twitter, Maduro mostró imágenes de los encuentros que mantuvo con el presidente de Irán, Hasan Rohani, y con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
«He sostenido una cálida reunión con nuestro hermano Presidente de la República Islámica de Irán, Hasán Rohaní. Acordamos afianzar nuestros lazos de amistad y cooperación en la defensa de un mundo multipolar como Garantía de Paz», manifestó el dictador chavista, quien acompañó el mensaje con una foto de la reunión y el hashtag «Venezuela alza su voz en la ONU».
Maduro también indicó que mantuvo «un importante encuentro» con Lavrov: «Trajo consigo, muestras de amistad y solidaridad del Pdte. Vladímir Putin para afianzar los lazos y objetivos comunes de ambas naciones».
El dictador también se reunió con el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness. Los mandatarios abordaron «las relaciones bilaterales y convenios que sostienen ambos países». (Maduro llega a la ONU y con él su cinismo: «La crisis migratoria es un invento del imperio»)
«Aterrizando en Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Vengo a recibir la solidaridad de los gobiernos del mundo, a defender la verdad de nuestra patria vengo cargado de emoción, de pasión de verdades, para que el mundo entero sepa que estamos de pie, en revolución», aseguró Maduro desde el avión presidencial, escoltado por su esposa Cilia Flores y un cuadro de Simón Rodríguez, mentor de Bolívar, en su sorpresiva llegada a Nueva York.
