El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con declarar el Estado de Emergencia en la frontera con México si la ‘caravana de migrantes’, que partió el 13 de octubre desde Honduras y que ya se encuentra en territorio azteca, sigue su camino rumbo al norte.
Las casi 7.200 personas, según estimaciones de Naciones Unidas, están aún a 1.800 kilómetros de cruce fronterizo más próximo, el de McAllen en el estado de Texas. La duración del viaje podría duplicarse si van rumbo a Tijuana y tratan de cruzar por San Diego, en California. (Donald Trump eliminará las ayudas económicas a tres países por no impedir la ‘caravana migrante’)
Aunque las autoridades mexicanas han informado de que al menos 3.000 personas han desistido del intento de llegar a EEUU y se han dado la vuelta, la caravana sigue engrosando más y más migrantes a medida que avanza por México.
El Departamento de Interior del país centroamericano ha informado de que 1.128 personas han solicitado asilo en México.
Mientras, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha advertido de que es «urgente» estabilizar la atención de la ‘caravana’ de migrantes.
ACNUR cuenta con un equipo de 45 personas en la localidad de Tapachula (Chiapas), donde han recalado la mayoría de los migrantes. La agencia ha intensificado las labores de registro e identificación, con el principal objetivo de detectar a las personas más vulnerables y mejorar su asistencia.
Un portavoz de ACNUR, Adrian Edwards, ha recordado a los países por los que discurre la caravana que es «probable» que haya personas en situación de «peligro real», por lo que ha instado a garantizarles las medidas obligatorias de protección internacional antes de tomar cualquier decisión referente a deportaciones.
«EMERGENCIA NACIONAL»
Trump, que se ha mostrado inflexible en este tema y ha amenazado con suprimir las ayudas a los países de origen de los migrantes, ha avisado que está dispuesto a enviar al Ejército y a la Guardia Nacional para que ayuden a las patrullas fronterizas en el control de entrada de ‘ilegales’ al país norteamericano.
«No han sido capaces de hacer su trabajo e impedir que la gente deje su país y venga ilegalmente a Estados Unidos. Cortaremos o reduciremos sustancialmente la masiva ayuda que les damos de forma rutinaria», ha anunciado el inquilino de la Casa Blanca en Twitter.
También ha ejecutado su amenaza de blindar la frontera sur. «Lamentablemente, parece que la Policía y el Ejército de México son incapaces de impedir que la caravana se dirija a Estados Unidos (…) He tenido que poner en alerta a la Guardia Fronteriza y a las Fuerzas Armadas. Esto es una emergencia nacional«, ha dicho.
El magnate ha sugerido sobre la posibilidad de que haya terroristas camuflados entre los miles de migrantes que siguen su camino en medio de las lluvias y el sol abrasador. Ni las duras condiciones del viaje, ni las amenazas de los distintos gobiernos o del propio Trump, ni el miedo a los narcotraficantes y las mafias, les ha frenado hasta ahora.
Horas más tarde, el secretario de Gobernación (Interior) de México, Alfonso Navarrete, ha respondido que «no vamos a caer en exigencia de gobierno alguno que pretenda provocar en México una reacción hostil por sí misma, sin fundamento, sin haber agotado todas las vías que se pueden dar en el diálogo». (Los obispos hondureños califican de «tragedia humana» la caravana de migrantes hacia EEUU)
«Nosotros no hemos enviado personal del ejército alguno para esta circunstancia, y la policía, toda la Policía Federal que ha participado, lo ha hecho, como han podido constatar, de manera ordenada y desarmados«, ha recalcado el ministro mexicano.
Sin embargo, ha coincidido con el presidente de Estados Unidos en que, según información enviada por Guatemala y Honduras, «hay personas que se dedican a actividades delictivas dentro de la caravana».
Por su parte, el saliente presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha advertido de que aquellos que optaron por mantenerse en la caravana «difícilmente podrán lograr su objetivo, sea de ingreso a Estados Unidos o de permanencia en México«.
Estas caravanas se han producido a lo largo de los años, pero este asunto se ha convertido en un tema particularmente candente cuando se aproximan las elecciones legislativas del 6 de noviembre en los EEUU. El discurso anti migratorio de republicano le puede sumar votos de cara a los comicios de mitad de periodo.
Algunos analistas han cuestionado la oportunidad de la caravana en un momento tan cercano a las elecciones en las que los conservadores se juegan el control de ambas cámaras y si alguna fuerza política estaba detrás de eso.
Aparentemente, la marcha comenzó con un grupo de unas 160 que decidieron unirse en Honduras pero que ha ido engrosando más y más personas a medida que iban avanzando hacia el norte.
«Nadie es capaz de organizar tanta gente«, ha declarado Irineo Mujica, uno de los responsables del grupo Pueblo Sin Fronteras y que trabaja proporcionando ayuda humanitaria a los migrantes. Para Mujica, solo hay dos fuerzas que los impulsan: «el hambre y la muerte».
Previamente, el presidente estadounidenses ya había atacado y culpado a los demócratas de las leyes migratorias «patéticas» y de ser los responsables de estas caravanas.
Además, ha retomado las amenazas contra los países de origen de los inmigrantes. A modo de respuesta, El Salvador y Guatemala han reivindicado este lunes su actuación después de que Trump haya anunciado que reducirá la ayuda a estas dos naciones y a Honduras por considerar que no se han esforzado lo suficiente para frenar la caravana.
El portavoz de la Presidencia de El Salvador, Roberto Lorenzana, ha recordado a Trump que en los últimos años el país ha conseguido reducir hasta en un 60 por ciento la emigración salvadoreña hacia Estados Unidos, algo que, según ha destacado, sus vecinos regionales no han logrado.
En la misma línea, Alejandra Mena, portavoz de la agencia que se ocupa de los asuntos migratorios en Guatemala, ha señalado que el Gobierno cerró los pasos fronterizos con Honduras primero y con México después para impedir que la caravana avanzara.
Por su parte, Marcelo Ebrad, el ministro de Exteriores del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, ha restado importancia a los ‘tuits’ de Trump. «No me sorprenden. No sorprenden al Gobierno», ha dicho desde Ottawa, donde se ha reunido con la ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland.
Ebrad ha atribuido la airada reacción de Trump a que las elecciones parlamentarias en Estados Unidos están «muy cerca».