Han muerto 50 venezolanos más en las protestas contra Nicolás Maduro, casi mil han sido detenidos, de los cuales un centenar están siendo torturados, y la Sra. Fatou Bensouda, Fiscal de la Corte Penal Internacional, sigue sin dar inicio a la investigación formal de la Corte por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela. (William Cárdenas: Europa sin brújula ante Venezuela)
Pareciera que no resulta suficiente que seis estados parte de la CPI hayan denunciado esta situación, en un paso inédito en la corta historia de esta organización del sistema de Naciones Unidas; que otros tantos hayan apoyado esta denuncia; ni que instituciones como el Parlamento Europeo y la Organización de Estados Americanos se lo hayan pedido públicamente. (William Cárdenas: El secuestro express de Guaidó y los dos poderes legítimos)
Ella hace oídos sordos a la condena de los países demócratas del mundo y, estando a punto de cumplirse un año del tímido paso que dio con la apertura del examen preliminar, el 8 de febrero del año pasado, sigue manteniendo un silencio, que la hace cómplice por omisión de lo que pueda pasar en Venezuela en la próximas fechas.
En diciembre último, cuando tuvo que presentar el informe de las causas que están bajo su revisión, se limitó a decir que lo que estaba ocurriendo en Venezuela se encuentra bajo observación, pero sin tomar ninguna decisión concreta al respecto.
Que más espera esta funcionaria, pagada por todos los países miembros de la CPI, para darse cuenta de algo que está viendo el mundo entero y ante lo cual la Comunidad Internacional está reaccionando como nunca antes habíamos visto?
Parece que no es justo que el más alto tribunal universal, con competencia sobre los más graves delitos de la humanidad, esté bajo la tutela de personas que dejan mucho que desear desde el punto de vista moral, por su falta de compromiso con lo que es un clamor para todos: Que se ponga en marcha una investigación imparcial por los graves crímenes de lesa humanidad que se han cometido en nuestro país.
Entre tanto, el régimen continúa con la privación intencional de alimentos y medicinas a la población, produciendo el exterminio de parte de ella, asesinando con impunidad a través de ataques sistemáticos y generalizados contra la población civil, recurriendo a escuadrones de la muerte, persiguiendo e hiriendo a miles, torturando a cientos y conduciendo al desplazamiento de millones de personas, en la peor crisis humanitaria y migratoria vivida en América Latina en toda su historia.
A la señora Fatou Bensouda se le acabó el plazo!
William Cárdenas Rubio-Vargas
Director de Consultores Cárdenas