España se puede convertir en el refugio para la cúpula chavista. El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación y UE, Josep Borrell, ha admitido que Estados Unidos le ha planteado a España que acogiera a ministros venezolanos si decidían desertar del país, a lo que Exteriores respondió que lo estudiarían. (Borrell hace el ridículo siendo incapaz de reconocer que Maduro es un dictador a pesar de la insistencia de Pastor)
En una entrevista en la Cadena Ser, Borrell señala que ha mantenido conversaciones con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, en las que ha surgido la «preocupación» de Washington de que «en caso de que algunas personas» del Gobierno venezolano y sus familias quisieran abandonar el país, fueran acogidas por países que apoyaron a Juan Guaidó como presidente encargado. ( Josep Borrell frena el cambio en Venezuela: Reconoce que España trabaja para evitar una intervención militar)
«El planteamiento no se concretó nada y no se refirió personalmente a nadie» ha declarado Borrell, quien, de esta forma, no ha querido detallar si la petición fue sobre el titular venezolano de Defensa, Vladimir Padrino.
Así, aunque el ministro socialista ha dicho que la petición fue «genérica» y no se concretó, ha admitido que el Gobierno respondió a la Casa Blanca que estudiaría la situación llegado el caso. «Habría que bajar de las musas al teatro y saber de qué, quiénes, cuándo y cómo estaríamos hablando«, ha indicado.
El chavismo en España
Muchos de los empresarios y funcionarios del chavismo ahora se encuentran en España. Uno de los casos más sonados durante las últimas semanas ha sido el de Alejandro Betancourt, el CEO de Hawkers, quien es conocido por ser uno de los empresarios más relacionados con la dictadura venezolana.
Durante 2009 y 2010 generó una gran riqueza tras dedicarse a la venta de turbinas a las centrales termoeléctricas al régimen de Hugo Chávez. Hay que recordar que el empresario que lidera Hawkers logró sumar hasta 12 contratos para obras eléctricas sin licitación en Venezuela; es decir, entregadas a dedo al empresario chavista y dotadas con un monto conservador que se acerca a los 2.500 millones de dólares.
Carlos Luis Aguilera Rojas fue uno de los primeros en invertir en España, donde ostenta un patrimonio que se acerca a los cinco millones de euros. Miembro destacado del círculo de seguridad de Hugo Chávez, a quien acompañó en 1992 en su intentona golpìsta, Aguilera llegó a comandar entre 2001 y 2002 los servicios secretos del régimen. Poco después, en 2004, compró una casa de 260 metros cuadrados en la urbanización Monteclaro de Pozuelo de Alarcón que fue tasada en 970.000 euros, según datos del Registro de la Propiedad.
Nervis Villalobos (ex viceministro de Energía con Chávez) y Luis Carlos de León (exdirector de finanzas de Electricidad de Caracas) están en el centro de una vasta red de intereses económicos y lazos corruptos investigados por Estados Unidos, Venezuela, Andorra y España. Fueron detenidos en Madrid, acusados por un tribunal de Houston de desviar sobornos de PDVSA a Suiza.
Es importante recordar que la Policía Nacional detuvo en Madrid el pasado 6 de junio de 2018 a Roberto Rincón Bravo junto a su madre. A diferencia de los anteriores, él no ha ocupado nunca un cargo público en Venezuela. Su mundo ha sido siempre el de los negocios, como su padre, el magnate Roberto Rincón Fernández, procesado en EEUU y quien ha confesado haber pagado sobornos multimillonarios a ex altos cargos chavistas como Villalobos.
Rincón Bravo es, de largo, el que más dinero ha invertido en España, en su mayor parte (60 millones de euros) a través de Tradequip España Inspección y Logística SL, vinculada con la empresa matriz de la familia en Venezuela.
En el listado no puede faltar la enfermera de Hugo Chávez, Claudia Patricia Díaz Guillén y su esposo el capitán Adrián Velásquez Figueroa. Ambos compraron una vivienda de 1,5 millones en España, una cifra que no representaría nada para ambos, ya que se estima que cuentan con una fortuna de 2.000 millones de dólares en paraísos fiscales.