La cobardía de Nicolás Maduro ha quedado, una vez más, demostrada. A pesar de que salió en las redes sociales presumiendo de «nervios de acero», la realidad era otra. El jefe de la diplomacia norteamericana, Mike Pompeo, ha revelado que una promesa de Nicolás Maduro de abandonar Venezuela este martes 30 de abril puso en marcha el pronunciamiento de Juan Guaidó y un reducido número de militares que ha permitido la liberación de Leopoldo López, pero, según ha dicho «los rusos le han dicho que debía quedarse». (Los tuits que demuestran que Cuba mueve los hilos de la dictadura chavista)
«Hemos estado pendientes todo el día, ha pasado bastante tiempo desde que nadie vio a Maduro», dijo Pompeo, quien ha añadido que el país de destino era Cuba. «Tenía un avión listo, estaba dispuesto a irse esta mañana, pero los rusos le han dicho que debía quedarse», ha añadido. (Extraoficial: Nicolás Maduro estaría oculto y con un avión listo con destino Cuba)
La Casa Blanca ha revelado además que tenía un plan de transición preparado y acordado con destacados miembros de la jerarquía chavista. El consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, los ha llegado a nombrar directamente.
«Dirigentes como el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, el presidente Tribunal Supremo de Justicia venezolana, Mikael Moreno y el mayor general de la Guardia Nacional Rafael Hernández Dala, todos han estado de acuerdo con que Maduro debe irse y deben pasar a la acción esta tarde o noche para que otras fuerzas militares se pongan del lado del presidente interino», dijo Bolton en conversación con los medios.
Si es cierto que Rusia ha impedido la salida de Maduro significa un desafío en toda regla a la política exterior de Estados Unidos. El mes pasado, Moscú envió tres aviones militares con 100 soldados y material que recalibraron un sistema de defensa de misiles de fabricación rusa. El Kremlin es uno de los principales aliados de Maduro y, junto con China, ha bloqueado cualquier iniciativa de condena al régimen en el Consejo de Seguridad de la ONU.