Nicolás Maduro comenzó su proceso de venganza. El dictador apareció en televisión 16 horas después de iniciarse la sublevación, tras un día «intenso de acontecimientos, emociones, de reflexiones, de miradas. Contraste entre la Venezuela de paz y la Venezuela de violencia, violación de los derechos y la Constitución. La Venezuela del golpe de estado entregada a los intereses de la oligarquía colombiana y los intereses gringos». (El cobarde de Maduro iba a huir a Cuba, pero Rusia se lo impidió)
El «hijo de Chávez» compareció escoltado por la cúpula militar, incluida la gran sorpresa de la noche: el nuevo jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia. El criticado general Gustavo González López ha vuelto a hacerse cargo de la policía política después de ser destituido en octubre de 2018, tras la muerte por presunto «suicidio» en su sede del concejal opositor Fernando Albán y un confuso incidente con la caravana presidencial. ( Los dos errores que hicieron fracasar el plan de EEUU para sacar a Maduro)
Su sustituto hasta hace unas horas, Cristhoper Figuera, estaba estrechamente vinculado a Maduro tras recibir formación en Cuba, pero durante el día se supo que se había unido a los sublevados tras un documento crítico con su antiguo aliado. Maduro aseguró que los comandos del Sebin fueron los primeros en abandonar la «escaramuza de golpe de estado».
Fueron precisamente agentes del Sebin los que liberaron de madrugada a Leopoldo López, tras decretar Guaidó su indulto.
«Vamos a seguir saliendo victoriosos en todas las coyunturas que nos toque», insistió Maduro, quien aseguró que «nunca jamás estuvo tomada la base aérea de La Carlota, leales absolutamente a la revolución y al comandante en jefe».
«Un verdadero asesino y fascista, Leopoldo López, que había violado su casa por cárcel y estaba dirigiendo personalmente la operación de este grupo armado que creó la escaramuza golpista», señaló Maduro, quien aseguró que Guaidó, «el autoproclamado», llegó posteriormente. «Nervios de acero, máxima serenidad», se dijo el jefe revolucionario a sí mismo.
«Cuatro ametralladoras bien peligrosas, de alto calibre. ¿Para matar a quién?», se preguntó el «hijo de Chávez». «¿Qué buscaban, un enfrentamiento militar, una tragedia?», acusó Maduro, señalando a los líderes de Voluntad Popular. «Y eso no puede quedar impune», culminó.
Tres fiscales nacionales están dirigiendo investigaciones y acusaciones penales por los «graves delitos», adelantó el jefe bolivariano, quien contabilizó cinco militares «heridos gravemente, de bala, disparados allí. Establecimos un cordón sanitario y con órdenes de que no ahí no habría combate militar».
Maduro mostró dos vídeos de la «violencia» de los sublevados, ya vistos en redes durante el día. En uno de ellos se ve unas ametralladoras y en el otro cómo los soldados disparan al aire cuando las fuerzas gubernamentales les atacaban con bombas de humo. En un tercer documento audiovisual. El 80% de los militares y policías convocados de madrugada fueron convocados bajo engaño, según la versión presidencial.
«Estos cobardes están huyendo de embajada en embajada», acusó Maduro. «El pueblo de Venezuela ha escuchado mi llamado«, se ufanó Maduro, pese a que fueron sólo unos cientos quienes le secundaron en el Palacio de Miraflores, quien en cambio contabilizó hasta 50.000 personas que acudieron en su apoyo.
Maduro cerró su disertación acusando a EEUU de tener el gobierno más loco de la historia.
«Si uno revisa los twiter de Donald Trump y de su pandilla, qué desequilibrio mental y cuánto odio de esta gente. Han dicho que tenía un avión prendido para ir a Cuba y que los rusos mandaron que no. Qué falta de seriedad, señor Pompeo. Bolton también daba órdenes para que se sumaran al golpe y Trump explotaba en mentiras e improperios. Nunca jamás había habido un gobierno como el que está. Nunca antes. Nosotros debemos responder con nuestra verdad», concluyó, antes de convocar a sus seguidores a manifestarse con más fuerza durante el 1 de mayo.
