Me piden que no publique sus nombres. Ellos son dos de los oficiales que participaron en la acción de respaldo militar del 30 de abril a la que Juan Guaidó llamó «Operación Libertad». Sostienen que en la mesa de negociaciones que llevó a ese día estaban Maikel Moreno (TSJ), el general en Jefe Vladimir Padrino López, el Mayor General Iván Hernández Dala (Dgcim y Casa Militar) y el general de División Manuel Cristopher Figuera (Sebin). (Venganza chavista: Ordenan detener a 18 civiles y militares por la ‘Operación Libertad’)
Aseguran que en vista de que la negociación salió de lo que estaba establecido, se separan de ella Maikel Moreno y Padrino López. «Y es ahí donde el grupo, a quien nos tocaba iniciar el movimiento, decidimos adelantarnos e irnos hasta el sitio (autopista a la altura de la Base Aérea La Carlota) porque iban a tomar acciones contra la persona que estaba dirigiendo la negociación que era el general Cristopher«. ( Venezuela: Figuras de la selección de fútbol respaldan la Operación Libertad)
«Éramos parte –dicen- de toda la negociación que había, de los eventos que se prepararon en los días previos. Nuestra misión era manifestarnos e iniciar la fase final de la Operación Libertad que iba a generar el pronunciamiento de Maikel Moreno (presidente del Tribunal Supremo de Justicia) y del apoyo militar del Ministro de la Defensa (Vladimir Padrino López). Como no se suscitó, de todas las unidades militares que estaban dispuestas para ese día, algunas no se presentaron y los comandos del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia) que llegaron al sitio con nosotros, al ver que no hubo pronunciamiento alguno, se retiraron del lugar».
Cuando los consulto sobre qué pruebas hay que eso que están diciendo sea cierto, responden que «tenemos una documentación fotográfica donde los comandos del Sebin estaban con sus brazaletes azules, antes de retirarse«, al no llegar sus jefes al lugar.
Explican que dentro de los acuerdos que se hicieron para llevar a cabo la Operación Libertad hubo la obligación de liberar a los presos políticos que estaban en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). «Esa responsabilidad la tenía el jefe de Investigaciones, Coronel Hannover Guerrero. Y en el caso del SEBIN la tenía el comisario Ángel Flores, quien se comprometió a liberar a los presos del Helicoide, además de darle cumplimiento al decreto de indulto presidencial a favor de Leopoldo López, firmado por el presidente Guaidó. También quedó firmado el indulto al comandante Igber Marín Chaparro, al mayor Suárez Ramos, al diputado Juan Requesens y a muchos más».
Insisto en preguntarles qué demuestra que Hernández Dala, Padrino López, Maikel Moreno, Hannover y Flores estuviesen realmente comprometidos con la Operación. Responden que las pruebas están en manos del general Cristopher y que él las enseñará en el momento apropiado. «Fíjese algo, dentro de los agentes que manejaba Hannover hubo funcionarios que cuando fueron contactados por nuestro grupo, le pasaron la novedad y Hannover no hizo nada. Es decir, él nos demostró que sabía de este movimiento. Algunos de los oficiales tienen los mensajes de texto que los sacaremos a la luz pública en su momento«.
Hablan de varios funcionarios involucrados que aún no son públicos y destacan que estaba comprometido con ellos el jefe de la Policía Nacional, el general Carlos Pérez Ampueda, quien fue destituido el mismo día y que igual sucedió con el comandante Bastardo, de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES).
Les argumento en qué momento Padrino López, que es un oficial bastante curtido militarmente hablando, pudiera someterse a un proceso de conversación que lleve adelante el general Cristopher. «Nadie quiere perder su status quo. Usted, que es conocedora de la materia militar, sabe que en el Alto Mando se juegan muchos intereses, mientras que nosotros nos vamos más por la vía del patriotismo y del cambio profundo en Venezuela por una mejor calidad de vida».
El general Cristopher Figuera
Recuerdan que difícilmente un general da un Golpe, que quienes lo hacen son los comandantes. Les insisto: ¿por qué el general Cristopher nunca llegó a Altamira?
«Quizá porque él sabía que no iba a cumplirse lo tratado en la mesa de negociación y que al no pronunciarse Padrino ni Maikel Moreno, a él lo iban a detener. La Operación era para el 1 de mayo y el general Cristopher da la orden que la adelantemos para el 30 de abril, pero luego no se presentó».
En cuanto a en qué momento el Jefe del SEBIN se involucró en la Operación, destacan que fue cuando él descubre que hay otros funcionarios en la negociación. «Cristopher y otros personeros del alto gobierno se reunieron con Leopoldo López y con el presidente Guaidó. También algunos comandantes».
Aseguran que el día antes, es decir el 29 de abril, Cristopher les dio línea de qué hacer al día siguiente. «Hicimos un pacto de caballeros, hicimos un trato por Venezuela sin ningún tipo de interés personal, ni de aspiraciones personales o cargos«.
Destacan la crisis del país ante la falta de medicinas, de alimentos «porque para comandar a las tropas hay que buscar una caja de comida, para que paguen el pasaje, porque sus familiares están mal, la tropa llora cuando son entrevistados. La inclemencia que vive el pueblo de a pie, es lo mismo que se vive en los comandos«.
«Hay subalternos que no tienen botas militares y el sueldo que ganan no alcanza para cubrir esa necesidad, entonces es como una doble moral exigirle a la tropa sin tener cómo cumplir. En estos momentos la tropa está trabajando por una caja de comida». Aseguran que el 30A la tropa salió alegre, motivada y moralizada por la Operación Libertad.
«Ninguno de esos muchachos fueron engañados. Lo que sucedió es que como vieron que la Operación no se terminó dando como estaba planificada, se asustaron y cuando empezaron a ser llamados de los comandos fueron manipulados. Les ofrecieron que si declaraban en contra de sus superiores, no los iban a meter presos, pero aun cuando lo hicieron igual los detuvieron, los torturaron y los maltrataron porque cayeron en su juego».
Informan que en la Dgcim están varios detenidos y están siendo torturados para tratar de buscar a los comandantes involucrados. «Nuestro acto no fue aislado. No se asaltó ninguna unidad militar. Lo único que hicimos fue cumplir la solicitud del comandante en Jefe de la Fuerza Armada, como reconocemos a Juan Guaidó».
El caso Cavim
Fueron enfáticos en asegurar que el Mayor de la Aviación, Andry Federico Carrizalez, quien junto a cinco subalternos pretendió tomar el parque de armas de CAVIM, no estaba comprometido directamente sino que fue una acción espontánea de su parte.
«Nosotros sabíamos que cuando nos pronunciáramos en La Carlota, iba a prender una llama e imaginamos que el Mayor, ante el fragor del combate, tomó la decisión de hacer algo por el pueblo», dicen los dos oficiales de la Operación 30A.
Destacan la política del terror y que por ello «muy pocos tratan de luchar contra ese miedo. Imaginamos que ante la acción nuestra, ese Mayor decidió actuar y fue vilmente atacado por otros efectivos militares en el sitio».
Están convencidos que lejos de desmoralizarse y disminuirse «en la Fuerza Armada surgió una esperanza, se abrió una brecha y de verdad se inició el principio del fin de la usurpación».
Destacan que lo ocurrido el 30 de abril no significa más que la continuidad de la Operación Libertad. «El Movimiento está en pleno desarrollo. Sirvió para ser un eslabón con todas las unidades que están en proceso de perder el miedo».
Explican que los presos no pudieron ser liberados porque «el jefe de Investigaciones del Sebin no cumplió y el de la Dgcim, tampoco. La política del terror influyó y la gente no quiso avanzar».
Confiesan que mientras estaban en las inmediaciones de La Carlota el 30A, recibieron llamadas de funcionarios del Gobierno y gente que los conocían preguntándoles por qué hacían eso y que dónde habían dejado el legado de Hugo Chávez. «Les respondimos que por menos de lo que está ocurriendo hoy en día, Chávez dio un Golpe de Estado«.
Sobre cuántos militares estaban comprometidos, sacan la cuenta de un destacamento con 200 hombres, además de unas unidades militares que no se plegaron, además unos 120 comandos del Sebin, así como unas unidades que no llegaron porque estaban en espera del desarrollo de los acontecimientos, además de las unidades policiales. «Este movimiento generó una brecha. El militar venezolano tiene que alzar la voz y perderle el miedo a los corruptos, para avanzar y recuperar el país».
Les pregunto qué los impulso a ellos a dar ese paso del 30A, a riesgo de perder su carrera, la amenaza contra ellos y sus familias, de correr el riesgo de perder la libertad e incluso la vida. Responden que «había una negociación de alto nivel que garantizaba un alto porcentaje de que la operación iba a ser exitosa y se garantizaba una negociación en paz«.