Madrid y Málaga. Las casas adquiridas se sitúan en una banda de precios entre los 1,4 millones de euros y los 2,6 millones.
Según ha dejado saber el periodista Carlos Cuesta, la llegada de estos venezolanos ha sido gradual a lo largo de los últimos dos años, pero con una clara aceleración en los últimos meses tras desatarse la grave crisis en el país y una posible caída del dictador chavista.
Los lugares concretos de elección de las casas en las que se han ubicado coincide con algunas de las zonas más ricas de España: Madrid –especialmente en la zona de Recoletos y Salamanca-, Marbella, Mijas y Málaga ciudad.
La Policía sigue la pista de la llegada de estos hombres, todos cercanos a Maduro, que han viajado con dinero en metálico y, además, han realizado los pagos de las casas sin la más mínima solicitud de crédito bancario.
Los agentes policiales creen que la procedencia de estos nuevos compradores están directamente relacionados con el régimen chavista y que, además, se trata de empresarios afines a Maduro o poseen cargos de confianza que han llegado a España para establecer rutas de dinero y de desarrollo en Madrid y Málaga con los que mantener el nivel de vida de todos ellos en caso de una potencial caída de la dictadura venezolana.(Rosana Sosa: «La mitad de los activos de corrupción chavista en el exterior basta para pagar la deuda venezolana»)
La salida de estas personas coincide, además, con las advertencias lanzadas por el propio Miguel Ángel Martín Tortabú, presidente del Tribunal Supremo venezolano en el exilio, que ha denunciado ya la salida de capitales de forma creciente en los últimos tiempos con destino a paraísos fiscales como Granadinas, o a países con régimen económico más ortodoxo como Estados Unidos o España.
El presidente del Supremo venezolano en el exilio ha advertido de que ese dinero, no sólo corresponde a la huída con capitales de cargos que temen la vuelta a la democracia de Venezuela, sino que también ha alertado de que los portadores de este dinero –o incluso de reservas de oro– han sido enviados con el propósito de llevarse los fondos con los que financian a partidos de extrema izquierda en toda Europa. Porque, incluso fuera de Venezuela, el populismo chavista se niega a perder su influencia.