Los méxicanos están indignados con las cuentas que dejó el expresidente Enrique Peña Nieto. Entre gastos de servicios personales, materiales y suministros, la administración peñista se excedió con un billón 823 mil millones de pesos de 2013 al 2018. (Angélica Rivera reaparece «mejor que nunca» tras divorciarse del infiel Peña Nieto)
Así lo dio a conocer el(IMCO), quien señaló que el entonces presidente, Enrique Peña Nieto, estimó gastar 20.7 billones de pesos cuando en realidad erogó 22.5 billones de pesos. ( La fría despedida entre el expresidente Peña Nieto y su exmujer tras firmar el divorcio)
Según el análisis de la Cuenta Pública 2018, el anterior gobierno subestimó sus ingresos y gastó más de lo presupuestado porque no hubo un contra peso «efectivo» que revisara las ampliaciones al gasto.
«En el sexenio anterior, los presupuestos de egresos aprobados por la Cámara de Diputados no fueron confiables, pues las cuentas públicas no reflejan lo autorizado por los legisladores«, detalló el IMCO.
En cifras, el Instituto reveló que el poder Ejecutivo Federal estimó gastar 3.96 billones de pesos en 2018; sin embargo, subestimó los ingresos y erogó 4.28 billones, es decir, tuvo una diferencia de 327 mil 910 millones 424 mil 257 pesos, el equivalente a casi 9 veces el gasto en Seguridad Pública de 2019.
Respecto al gasto de materiales y suministros, el año pasado las secretarías aprobaron 30 mil 475 millones de pesos, pero al final gastaron 41 mil 248 millones de pesos. La situación fue similar para el gasto en servicios generales, donde se estimaron 86 mil 777 millones de pesos, pero el gasto adicional sobrepasó los 64 mil 904 millones, cifra mayor al subsidio de las tarifas eléctricas, que actualmente ascienden a 52 mil 086 millones de pesos.
Para la inversión pública sucedió lo contrario pues entre 2013 y 2018 se ejerció un monto de 400 mil millones de pesos, es decir, 25 por ciento menos de lo presupuestado.
Las asignaciones al Ramo 23, que contemplan los fondos destinados a cubrir funciones de Gobierno, ascendieron a 757 mil millones de pesos, pero en los hechos el gasto fue de 1 billón 371 mil millones de pesos variando en 81 por ciento el presupuesto asignado.
De acuerdo al IMCO, una correcta evaluación, no hubiera generado variaciones injustificadas, por lo que propuso reducir la discrecionalidad en la asignación de los ingresos excedentes. Para lograrlo ésto se deben incorporar medidas de control, con el fin de que estos terminen en «gasto de capital o amortización de la deuda».
Además, será necesario que la legislación establezca restricciones a las ampliaciones de gasto en partidas no prioritarias, por ejemplo, en materiales, salarios, renta de oficinas, entre otros.
