Entrevista de Periodista Digital América

Exclusiva PD: La jueza «chavista» niega que secuestró a su doméstica y demandará a Alberto Casillas

Glorimar Soto ha conversado con Periodista Digital América para negar las acusaciones en su contra y denunciar las amenazas e insultos recibidos

Exclusiva PD: La jueza "chavista" niega que secuestró a su doméstica y demandará a Alberto Casillas
La jueza Glorimar Soto y Belkis Abreu

La jueza venezolana Glorimar Soto se hizo viral en España. Una serie de vídeos grabados por Alberto Casillas, conocido como el camarero que se enfrentó a Pablo Iglesias y que ha destacado en las redes sociales por dejar en evidencia a los funcionarios chavistas que han depositado sus fortunas fraudulentas en España, muestran la liberación de Belkis Abreu, que presuntamente «se encontraba secuestrada, trabajando como empleada doméstica y con un salario de sólo 40 euros al mes».  (Exclusiva PD: Denuncian a jueza chavista por «trata de personas» en Madrid)

La versión fue confirmada por Abreu en una entrevista con Periodista Digital América. En sus declaraciones asegura que «mi pasaporte me lo quitó la hermana de Glorimar Soto en el aeropuerto», así como que «como no tenía documentación ni dinero, sólo me atrevía a salir hasta la esquina de la calle, pero ahí ya comenzaban a llamarme y tenía que devolverme», puntualiza la venezolana que en ningún momento fue empadronada y no tenía llaves de la casa. Una versión que, según cuenta la jueza a Periodista Digital América, «no fue nunca un secuestro ni una retención. No entendemos lo que está pasando».


Las versiones de ambas coinciden en cómo se conocieron, así como que trabajaron juntas en una pastelería fundada por la jueza y que fue Abreu quien solicitó a Soto que la trajera hasta España. Las coincidencias se mantienen incluso con la retención del pasaporte por parte de la hermana de la jueza. «Era la primera vez que ella salía del país y estaba muy nerviosa, así que mi hermana se encargó de cuidar de su pasaporte y ayudarle a responder las preguntas de inmigración«, reconoce Soto.

En este sentido, también afirma que «al llegar a Madrid, me lo dio a mi para que también lo cuidase, pero estaba en una mesita de noche junto con los del resto de mi familia. Lo tenía a mano, pero nunca me lo pidió». Sin embargo, las versiones comienzan a cambiar cuando se habla de las condiciones bajo las que Abreu estaría en la casa de la jueza.

Mientras que la jueza asegura que «se le indicó que sólo le podríamos dar techo y alimentos hasta que yo comenzase a producir para empezar a ayudarla con algo de dinero a ella y a su familia», Abreu asegura que no se hablaron de las condiciones laborales hasta llegar a Madrid.

Ya en España le dijeron «sólo ganaría unos 40 euros. Me dijo que no me faltaría de nada, así que mandaría ese dinero a mi familia en Venezuela». En otras palabras, trabajaría sin recibir directamente un salario. «En mi casa recibieron unos 300.000 bolívares [unos 46 euros en el mercado negro debido al cambio monetario que existe en el país latinoamericano], mientras que a mí sólo me dieron un teléfono sin acceso a internet y sin saldo, con el único objetivo de que pudiera recibir llamadas«, afirma Abreu.

Niega el secuestro

La jueza venezolana asegura a Periodista Digital América que «Belkis fue tratada como una persona más de la familia. Los domingos, cuando salíamos a comer o a pasear, le decíamos que viniera, pero no quería. En ningún momento estuvo retenida o encerrada, en muchas ocasiones fue hasta el Supermercado Día que está cerca de la casa, por lo que podía escapar o solicitar ayuda en el caso de estar secuestrada».

De igual manera, niega que la dejaban encerrada en la vivienda bajo llave cuando salía el resto de la familia. «Juro por mis hijos que eso es falso. Por eso, no entendimos cuando un grupo de personas fue hasta mi casa para gritar e insultarnos. Fue una situación que no podía tolerar y por eso le pedí a Belkis que saliera de la casa y que no quería saber nada más de ella«, matiza.

No obstante, rechaza las acusaciones de que fue ella quien dio una bolsa de basura para que Abreu sacase sus pocas pertenencias. «Ella tenía una maleta que nosotros le regalamos. No sé si fue por vergüenza o porque tenía que hacerlo para añadir dramatismo al vídeo que se publicó en las redes sociales, pero fue Belkis quien decidió sacar sus cosas así».

En sus declaraciones a Periodista Digital América, Belkis Abreu asegura que la jueza no le quería dejarla ir hasta recibir el pago de 800 euros que servirían para costear el pasaje de su sustituta. Sin embargo, la Glorimar Soto asegura que lo único que quería «es que devolviera el dinero que nos costó pagarle el pasaje. Una cosa es poder ayudarla a ella o a su familia, pero 800 euros es una cantidad significativa que le habíamos prestado».

Miedo a las represalias del chavismo

Abreu reconoce que tiene miedo. La venezolana «secuestrada» teme que la situación lleve a sus familiares a estar en peligro, alegando que la jueza cuenta con una cercana relación con importantes figuras del chavismo. En concreto, se ha apuntado su vinculación con Calixto Ortega, magistrado de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela; Francisco Javier Arias Cárdenas, embajador de Maduro en México, y Omar Prieto, gobernador de Zulia (Venezuela).

Glorimar Soto ha reconocido a Periodista Digital América que «debido a mi cargo, tuve que conocer a personas tanto del chavismo como de la oposición. Sin embargo, no he militado en ningún partido, no hay fotos mías en actos políticos y mucho menos hay pruebas de que soy la testaferro de Calixto Ortega como ha buscado asegurar Alberto Casillas».

En este sentido, afirma que «los conozco a todos pero eso no implica nada, también conozco a muchas personas de la oposición que no sacaré a relucir por respeto a ellos». Lo que sí ha matizado, es que «la relación con Omar Prieto, por ejemplo, está vinculada con su amistad con mi exesposo, por lo que después del divorcio no hemos casi hablado».



 

Guerra de demandas

La decisión sobre si se ha realizado un secuestro, o no, quedará en manos de la Justicia. No en vano, Belkis Abreu ha denunciado a Glorimar Soto ante el Cuerpo Nacional de Policía, sino que también la jueza ha contratado un despacho de abogados para tomar medidas legales contra Alberto Casillas, ya que considera que «se trata de un ataque directo y sin que existan pruebas de lo que se me acusa. Creo que ha cometido un error pero no es capaz de reconocerlo o que simplemente ha montado todo esto para ganar más seguidores en sus redes sociales», sentencia.

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