Leopoldo López Gil entró en los libros de historia. No sólo de Venezuela, sino también de España y de Europa. El padre del antiguo preso político de la dictadura chavista, Leopoldo López, se ha convertido en el primer eurodiputado de origen venezolano. En una entrevista con Periodista Digital América (PD América) reconoce que se siente como Atlas, «con todo el peso del mundo sobre los hombros». ( Los ‘pesos pesados’ de la diáspora venezolana respaldan la candidatura de Leopoldo López: «No es votar al PP, sino a un venezolano»)
En concreto, reconoce que «es una responsabilidad tremenda. No sólo por ser el primero, sino por ser una persona que representa a un pueblo que está sufriendo tanto y que espera lo mejor de mí». Aunque es consciente de que «una sola voz no puede cambiar al mundo», el nuevo eurodiputado del Partido Popular insiste en que «daré la pelea para que, en cada circunstancia que pueda, se transforme la triste situación venezolana en un escenario mucho mejor». (Leopoldo López: «Maduro parece hijo putativo de Pablo Escobar y su política de plata o plomo»)
López asegura que sus primeros esfuerzos desde el Parlamento Europeo estarán dirigidos a «mejorar la calidad de vida a los venezolanos que ya están aquí en Europa, que han dejado el país por la falta de futuro y de seguridad». Al mismo tiempo, se ha comprometido a la lucha por los Derechos Humanos, «no solo en Venezuela, sino también en países como Cuba o Nicaragua«. Una meta en la que serán clave el uso de las sanciones económicas.
«Las sanciones europeas no han sido suficientes en contra de la dictadura venezolana, han sido mucho más eficientes las sanciones norteamericanas. Por esto, creo que en Europa aún se pueden transformar en algo mucho más efectivo«, ha precisado López a PD América. En este sentido, ha criticado a los países que han venido dando oxígeno al régimen venezolano, por lo que promete «trabajar para asfixiar a la tiranía venezolana».
En la misma línea, se ha mostrado a favor de seguir investigando sobre los posibles casos de corrupción y blanqueo de capital de figuras europeas en Venezuela, como ha sido el reciente caso del embajador del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, Raúl Morodo, a quien se le acusa de expoliar 14 millones de dólares de PDVSA.
El eurodiputado ha rechazado el uso de una intervención militar en Venezuela, al considerar que existen mecanismos no violentos que son suficientes para acabar con la usurpación de Nicolás Maduro.