La madre de Patrick Crusius, el joven psicópata que perpetró la masacre de hispanos en El Paso (Texas), había llamado unas semanas antes a la Policía para trasladar su preocupación por que su hijo tuviese un fusil de asalto.
Los abogados de la familia han aclarado que se trató de un contacto «informativo» y no de alerta.
La madre no facilitó su nombre ni el de su hijo y la Policía tampoco buscó información adicional una vez concluida la conversación.
La afligida mujer habló con un agente que le explicó que, en vista de su relato, el joven de 21 años estaba en su derecho de poseer el arma en cuestión.
Eso han informado los abogados Chris Ayres y R. Jack Ayres a la cadena CNN.
Estos abogados han aclarado que la madre no llamó porque creyese que su hijo representara una amenaza, sino simplemente a título «informativo».
«No era un chico volátil, explosivo, de comportamiento errático».
«No es como si hubiesen saltado las alarmas».
Sin embargo, Crusius, un joven del que solo constaban tres incidentes menores ante las autoridades, abrió fuego de forma indiscriminada el 3 de agosto en un centro comercial de El Paso, después de publicar en Internet un mensaje en el que cargaba contra hispanos e inmigrantes.
Veintidós personas perdieron la vida en este ataque, por el que podría ser condenado a la pena de muerte.