Estados Unidos entregó su aval al nombramiento de Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, como nuevo embajador en ese país, tras concederle el plácet de estilo, según confirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. «El Ministerio de Relaciones Exteriores tiene la satisfacción de informar que el Gobierno de Estados Unidos concedió el plácet a Eduardo Bolsonaro como embajador extraordinario y plenipotenciario de Brasil en ese país», expresó la cartera en una nota.
La solicitud del plácet, como es conocida la consulta formal realizada por el Gobierno brasileño al Departamento de Estado estadounidense, sobre la designación de Eduardo Bolsonaro había sido enviada a finales de julio. No obstante, la Cancillería señaló que, de acuerdo con la Constitución brasileña, «esa designación aún deberá ser sometida a la apreciación del Senado».
Por su parte, el presidente brasileño indicó en declaraciones a los periodistas que deberá formalizar en los próximos días el nombramiento de su hijo, de 35 años, como el representante máximo de su Gobierno en territorio estadounidense.
Bolsonaro expresó a los periodistas que espera «hablar aún hoy» con el canciller, Ernesto Araújo, y, así, oficializar su decisión.
«Estoy muy contento, estoy seguro que esos lazos de amistad y comerciales serán potenciados con Eduardo allí», dijo el presidente.
De acuerdo con el mandatario, el documento enviado a la Cancillería brasileña lo escribió Trump de «su puño y letra».
Bolsonaro, quien asumió el poder el pasado 1 de enero, generó una gran controversia después de anunciar su intención de nombrar a su hijo como representante oficial de Brasil en Washington, ya que muchos consideran la designación como un acto de nepotismo.
Según la Corte Suprema de Brasil, el nombramiento de un cónyuge o pariente hasta el tercer grado de consanguinidad para ejercicio de un cargo en comisión o de confianza en cualquiera de los poderes del Estado violaría la Constitución Federal.
Sin embargo, la Contraloría General del Estado considera que la prohibición solo se refiere a la designación en cargos administrativos y no políticos. Eduardo Bolsonaro es parlamentario y actualmente presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y, para que pueda asumir como embajador, además de contar con el beneplácito del Gobierno estadounidense, tendría que renunciar a su cargo y tener el respaldo del Senado.
No obstante, el congresista ya viene actuando como una suerte de canciller informal de su padre y, el pasado marzo, incluso llegó a acompañar a Bolsonaro durante su primera visita oficial a Estados Unidos, donde participó en el encuentro que el mandatario mantuvo con Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Brasil no cuenta con un embajador en Estados Unidos desde hace algunos meses, cuando el diplomático Sergio Amaral fue transferido desde Washington a una oficina de la cancillería brasileña en Sao Paulo.