El dictador Nicolás Maduro activo el pasado martes la ‘alerta naranja’ en los estados fronterizos de Venezuela y ordenó el inicio de ejercicios militares en la zona (hay que ver esos ejercicios), el líder del chavismo argumenta que el gobierno colombiano pretende atacarlo.
«Todas las unidades militares de la frontera declarar una alerta naranja frente a la amenaza de agresión de Colombia contra Venezuela e iniciar (…) el 10 de septiembre hasta el 28 de septiembre los ejercicios militares»
Esta última escalada dialéctica se produce a raíz del video difundido el pasado 29 de agosto en el que disidentes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC ) anunciaban su retorno a las armas «en respuesta a la traición del Estado» colombiano al proceso de paz iniciado en ese país tras los acuerdos de 2016.
Y según agentes de inteligencia el anuncio de la guerrilla colombiana se hizo desde el territorio venezolano, además de que el régimen chavista ha manifestado su apoyo incondicional al movimiento guerrillero y a dos de los líderes que realizaron el pronunciamiento, Iván Márquez y Jesús Santrich. La última manifestación explícita fue en los eventos del Foro de Sao Paulo en Caracas.
El asesino Maduro apoya el terrorismo internacional:
«Iván Márquez y Jesús Santrich son bienvenidos a Venezuela y al Foro de Sao Paulo… y Timochenko y Catatumbo y las Farc es bienvenida a Venezuela»?
Iván Márquez se alzó en armas pocos días después.?pic.twitter.com/KsdkJJJfXM
— Resistencia Venezuela???⚔213K???? (@NEORAM27) September 2, 2019
El significado real del anuncio de Maduro
No es la primera vez que Maduro anuncia el despliegue de sistemas de defensa antimisiles. Ya antes dijo que lo iba a hacer en la frontera con Colombia pero también en lugares como los barrios de Caracas, algo que anunció en 2013.
Tampoco sería la primera que el gobierno venezolano incumple objetivos que se había planteado en materia militar.
Los expertos en el mundo de la defensa recuerdan el caso de la fábrica de fusiles Kalashnikov que iba a construirse en colaboración con Rusia en la ciudad de Maracay y que nunca llegó a funcionar.
El pasado mayo, Maduro anunció que había autorizado la asignación de casi siete millones de euros (US$7,8 millones) para la fabricación de la subametralladora Caribe.
Sin embargo, los trabajadores de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), encargada de su producción, denunciaron esta semana que lleva tres años sin recibir suministros.
Esto alimenta las dudas sobre la capacidad operativa real de las Fuerzas Armadas venezolanas y de que los ejercicios militares anunciados por Maduro vayan a ser más que una puesta en escena.
Ya en febrero, cuando el líder opositor Juan Guaidó fuera proclamado «presidente encargado» y arreciaba la presión desde Estados Unidos y sus aliados para que abandonara el poder, Maduro anunció la celebración de unos ejercicios militares que describió como «los más importantes de la historia».
Un experto militar de una embajada europea en Venezuela dijo entonces a BBC Mundo que el gran problema de la defensa venezolana ante una hipotética intervención estadounidense es la «falta de mantenimiento de los equipos».
Otro inconveniente es la falta de moral de las tropas. Aunque, salvo excepciones, el alto mando militar no ha dado muestras de dudar en su lealtad a Maduro, entre la tropa la situación parece distinta.
Qué puede pasar
El presidente de Colombia, Iván Duque, afirmó que «Colombia no agrede a nadie. Este es un país que respeta la territorialidad de otras naciones».
Además Hebert García Plaza, de la consultora Well Thought Consultants, «la FANB ha quedado con unidades inoperativas desde el punto de vista de personal, entrenamiento y capacidad de maniobrar«.
«Decirles al ejército de EE.UU. y Colombia, ‘estamos listos para defendernos’ es una irresponsabilidad», afirmó.
Con todo, los más de 2.000 kilómetros de frontera entre Venezuela y Colombia siguen siendo una fuente de inestabilidad para ambos países y para toda la región.
La ONG Human Rights Watch difundió en febrero un informe que afirmaba que las luchas entre diferentes grupos armados que operan en la zona de Catatumbo habían derivado en muertes, violencia sexual, desapariciones forzadas y el reclutamiento de niños como soldados.
Según la organización, los venezolanos que huyen rumbo a Colombia de la grave crisis económica en su país, que ha perdido más de la mitad de su producto interno bruto desde que Maduro asumió la presidencia, se han convertido en potenciales víctimas de los grupos criminales que se disputan el vacío dejado por la desmovilización de las FARC como consecuencia del proceso de paz.
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados estima que más de cuatro millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años. Colombia es el país que ha recibido a más de ellos.