Pedro Sánchez parece que encontró una nueva fórmula científica: Valentía es igual a distancia. El presidente del Gobierno en funciones ha criticado el «comportamiento antidemocrático» de los independentistas catalanes en una entrevista en el ‘Washington Post’ y ha relacionado su reclamación de independencia con la oleada de «movimientos reaccionarios» surgidos en Europa a raíz de la crisis financiera de 2008.
Sánchez ha aprovechado su viaje a Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU para conceder una entrevista a la sección del Post dedicada a audiencias internacionales (‘Today’s WorldView) sobre política doméstica e interncional. El diario da por hecho que la sombra de la crisis en Cataluña planeará sobre las elecciones generales de noviembre y pregunta a Sánchez si estudiaría el indulto para los responsables del ‘procés’ si son condenados.
Sánchez solo ha contestado que respetará «el trabajo del Poder Judicial». En cuanto a las elecciones del 10-N, que el ‘Post’ considera que pueden ser «una apuesta arriesgada» por la fragmentación del panorama político, el jefe del Ejecutivo en funciones dice que son «una gran oportunidad de superar este bloqueo». Del bloqueo responsabiliza a sus rivales políticos por no reconocer el mandato que ganó en las elecciones: «Si usas el sistema multipartidista para bloquear la formación de un gobierno eso es un daño a la democracia», alega.
I shared my thoughts on Spanish domestic affairs as well as international challenges such as #climatechange or multilateralism on this extensive interview with @ishaantharoor for @washingtonpost. https://t.co/7VsfEinyy7 pic.twitter.com/T8LPKcI4lh
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) September 25, 2019
El presidente en funciones ha compartido en Twitter su «extensa» entrevista con el diario, que éste ha utilizado para un análisis titulado «El líder español ofrece una alternativa al trumpismo» en el que contrapone varios de sus puntos de vista a los del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o los del brasileño Jair Bolsonaro. De hecho, en el texto, el jefe del Ejecutivo en funciones lamenta el efecto de las políticas de Trump en el mundo, en asuntos que van desde Irán hasta el clima.
En este sentido, lamenta que el presidente de Estados Unidos «no crea en el cambio climático» ni aprecie la «urgencia» de actuar. Sobre Irán, defiende que el acuerdo internacional para garantizar el carácter civil de programa nuclear «fue muy positivo para la paz y la seguridad del mundo», así que «es una pena que Estados Unidos lo cuestione». Rechaza también la retórica proteccionista en el comercio de Trump, y en particular que retrate a los europeos como amenazas para gravar sus productos, pero confía en que la relación trasatlántica se mantenga, porque «es algo que supera a las administraciones».
Así, defiende que Europa tiene que desempeñar su propio papel en el mundo, para no seguir dependiendo del escudo protector de la súper potencia y para equilibrar las relaciones internacionales. Eso sí, el diario señala que, con las elecciones en el horizonte, está por ver si Sánchez tendrá un papel en ese nuevo tablero geopolítico.
LAS MIGRACIONES Y EL FIN DEL CARBÓN
El ‘Post’ contrapone también a Sánchez con Trump y con el exministro italiano Matteo Salvini en lo que llama su enfoque acogedor con los refugiados que buscan un paso seguro a Europa. «España acepta la diversidad como un activo –asegura Sánchez–. Somos un país inclusivo». Mientras Trump y Bolsonaro avisan de los peligros del «socialismo», Sánchez cree que sus políticas son necesarias para afrontar el cambio climático y las desigualdades y, de ese modo, frenar los cantos de sirena de nacionalistas y populistas. «Es importante mostrar a la gente una vía progresista para hacer frente a los retos», defiende. En ese sentido, pone como ejemplo el acuerdo con los sindicatos para cerrar la mayor parte de las minas de carbón a cambio de una inversión de 250 millones de euros en las regiones afectadas.
Según Sánchez, es importante demostrar a la gente que «la transición debe ser justa» y eso es lo que hizo su Gobierno: «ir allí, hablar con ellos y decirles que no les vamos a dejar atrás».