El fraude electoral de Evo Morales está generando un sismo en toda Bolivia. El candidato presidencial boliviano Carlos Mesa anunció la formación de una “Coordinadora de Defensa de la Democracia”, cuyo objetivo es presionar para que la elección se defina en segunda vuelta. El objetivo de la alianza con partidos de derechas y líderes centristas es “lograr que se cumpla la voluntad popular de definir la elección presidencial en una segunda vuelta”, según se lee en una nota publicada en su cuenta de Twitter. Mesa acusa a Morales de orquestar un fraude para vencer en primera vuelta cuando faltan menos del 3% para que concluya el escrutinio.
Mesa acusa a Morales de orquestar un fraude para vencer en primera vuelta cuando faltan menos del 3% para que concluya el escrutinio. La nota llama además a los bolivianos “a movilizarse pacíficamente hasta conseguir el objetivo democrático de la convocatoria a la segunda vuelta electoral”.
Una misión de observadores de la OEA recomendó también que, dado el contexto de desconfianza sobre el proceso electoral, “continuaría siendo una mejor opción convocar a una segunda vuelta”. En esa misma línea, los obispos bolivianos plantearon este miércoles “una segunda vuelta, con una supervisión imparcial” como “la mejor salida democrática al momento que vivimos”.
El ministro de Justicia, Héctor Arce, pidió empero esperar el cómputo oficial final del Tribunal Supremo Electoral, pues llamar directamente a un balotaje “sería desconocer” la Constitución y, “lo que es peor, desconocer la voluntad popular”.
Para evitar la segunda vuelta, Morales necesita un mínimo de 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos respecto al segundo. La coordinadora política que articuló Mesa está formada por el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas (derecha), el candidato de derechas Óscar Ortiz, el empresario Samuel Doria Medina, líder de Unidad Nacional (UN, centroderecha), y Fernando Camacho, ejecutivo del Comité Cívico Pro-Santa Cruz, de derecha radical, entre otros.