El expresidente Evo Morales está llamando al ‘superhéroe’ de los dictadores de izquierda para intentar retomar el poder en Bolivia. El fraudulento ha indicado que tanto el Gobierno de España como algunas «personalidades expertas», entre las que ha mencionado el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, podrían contribuir a pacificar Bolivia, inmersa en una crisis postelectoral.
«Bienvenido, España. Los abuelos decían: España es madre patria. Su mediación es importante», ha dicho Morales en una entrevista concedida a la agencia de noticias DPA desde Ciudad de México, donde se encuentra en calidad de asilado político. En concreto, se ha referido a «personalidades expertas en temas de gestión, de resolución de conflictos». «Por ejemplo Zapatero, tengo mucho respeto. Cuando él era presidente me dijo: ¿Evo, en qué te puedo ayudar? Y me ayudó incondicionalmente», ha contado.
Es importante recordar que Zapatero ha sido reconocido por haber sido el ‘mediador’ en las crisis políticas de Venezuela, donde sólo sirvió para calmar el descontento social y facilitar que la dictadura de Nicolás Maduro ganase más tiempo para afianzar su régimen. Sin olvidar su peligrosa cercanía con otros peligrosos dirigentes de América Latina, como son los líderes del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla.
También ha mencionado que tiene buena relación con otras figuras europeas, apuntando a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente de Francia, Emmanuel Macron, a quienes ha señalado igualmente como posibles mediadores. Interrogado sobre el enviado especial de Naciones Unidas a Bolivia para ayudar a resolver la crisis política, Jean Arnault, el líder indígena ha contestado que aún no se ha puesto en contacto con él.
La crisis en Bolivia se desató tras las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, en las que Morales proclamó su victoria pero la oposición denunció un «fraude gigantesco». La Organización de Estados Americanos (OEA) hizo una auditoría del proceso electoral en la que halló «irregularidades».
Morales dimitió el pasado 10 de noviembre y huyó a México. Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina para llenar el vacío de poder dejado por el antiguo mandatario y la renuncia de otros altos cargos. Ni Morales ni sus seguidores reconocen a Áñez porque consideran que su estancia en el Palacio Quemado es fruto de un «golpe de Estado». Ella, por su parte, ha aseverado que solo estará en el cargo el tiempo necesario para convocar nuevas elecciones que han sido propuestas para el próximo 19 de enero.