La historia de la humanidad no se repite, lo que se repiten son los patrones de conducta de quienes la protagonizan. Hace más de mil trescientos años, la traición de Don Julián, Gobernador de Ceuta, facilitó el inicio la invasión musulmana a la Península Ibérica, conduciendo a la derrota del Rey Rodrigo, el último Rey visigodo, quien supuestamente había seducido a Florinda, la hija del Gobernador.
Apoyando a las huestes árabes en su travesía del Estrecho, Don Julián contribuyó decisivamente a la derrota del Rey Rodrigo en Guadalete. A partir de entonces, los musulmanes se adentrarían en el corazón de Iberia, para permanecer aquí por casi 800 años.
Hoy una nueva traición se cierne sobre la Península Ibérica, pero esta vez las huestes vienen en forma de ideología bolivariana, apoyada por unos cuantos traidores de la España moderna, que han encontrado en la debilidad de las instituciones, la coyuntura perfecta para dar rienda suelta a sus perversas ambiciones de acabar con esta democracia y aún más, con la monarquía española.
Hace más de mil trescientos años, el Rey Rodrigo se desgastaba en la lucha con sus enemigos internos y su debilidad fue aprovechada por los invasores. Hoy, nuestra Monarquía parlamentaria, se encuentra débil y confundida por los cambios socio políticos recientes, que desestabilizan su gobernabilidad, al punto de que después de cuatro elecciones generales, no se hayan logrado las mayorías necesarias para poder empezar a encontrar el rumbo perdido.
A ello se suma una situación económica y social compleja, con un déficit público que se ha desbordado y llega a poner en peligro las pensiones de quienes han entregado lo mejor de si mismo a la patria; con más de cuatro millones de desempleados que se arrastran desde la crisis económica del 2008 y se convierten en una pesada losa para esta economía aún asentada en el sector terciario de la escala productiva.
En este escenario, los Don Julián de nuestro tiempo reaparecen en las personas de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, etc, comunistas empedernidos, para entregar nuestra sociedad al castro comunismo bolivariano, gestado en La Habana, y hoy diseminado por todo el subcontinente americano.
Esta historia también tiene una Florinda encarnada por José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente social demócrata, quien acaba de criticar, de manera ácida, la salida de Evo Morales del poder, y que ha avalado toda la acción y gestión de la narco tiranía de Nicolás Maduro.
Este personaje, adalid del Socialismo del Siglo XXI, que con sus contactos en el seno de la UE ha hecho todo el daño posible a los venezolanos, utilizando sus influencias para que la narco dictadura venezolana se prolongue, boicoteando eventuales decisiones que podían haber marcado el fin de la tiranía, vuelve hoy sus odios y resentimientos a su España que lo vio nacer, y que lo llevó hasta la más alta posición política a que podía aspirar.
Alegre y entusiasta, auspicia y se une a la negociación para que Pedro Sánchez pueda formar gobierno con Pablo Iglesias, los independentistas, separatistas y toda clase de neocomunistas, que sueñan con llevarse por delante la Monarquía española, y sacar a este país de la Unión Europea, para a través de los consabidos referéndum de la supuesta democracia “participativa”, ir a una constituyente que nos lleve a la República Bolivariana y Plurinacional de España. Será, de lo que quede de España.
Los que hemos sufrido esta tragedia en nuestras tierras, arrasadas por la acción de estos nuevos invasores, sabemos que para lograr sus propósitos son capaces de aliarse hasta con el mismo diablo, es decir, en este caso, con los enemigos de España, y como Don Julián, permitir que se vaya a pique el sueño de los españoles de vivir en paz y libertad.
Envalentonados, ya han comenzado a anunciar sus propósitos. El nuevo Don Rodrigo sabe lo que se le viene encima. Le corresponde a él y a las reservas morales de esta nación única, heredera de la historia más heroica, memorable y gloriosa de nación alguna, evitar someter a su pueblo a una desgracia de inconmensurable magnitud
William Cárdenas Rubio-Vargas
PLATAFORMA DEMOCRÁTICA
DE VENEZOLANOS EN MADRID.