Bolivia está en la recta final para la celebración de sus nuevas elecciones generales que pondrán un punto final a la polémica del fraude electoral implementado por Evo Morales. La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, es consciente del peligro que supone la vuelta del expresidente socialista, por lo que planteó celebrar una «cumbre de líderes políticos» para formar un frente común contra el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido que representa al exmandatario.
«Sí pensaría, si así las condiciones se dan, en una cumbre de líderes políticos porque creo que acá hay un objetivo común en los bolivianos, no queremos dispersión del voto, no queremos que suceda lo del 20 de octubre», ha dicho Jeanine Áñez en una entrevista concedida a Televisión Universitaria.
No obstante, la presidente interina de Bolivia ha descartado cambio de gran calado, incluida una hipotética reforma constitucional. «Creo que no correspondería en este momento porque este es un Gobierno corto», ha esgrimido, según informa el diario boliviano ‘La Razón’.
Hasta ahora, los ex candidatos presidenciales Carlos Mesa y Chi Hyun Chung, ambos detractores del MAS, han expresado su deseo de repetir en las urnas. A ellos se ha sumado Luis Fernando Camacho, líder del Comité Cívico de Santa Cruz. En este sentido, ahora se abren las opciones para lograr dejar en el pasado el régimen que buscó a través de los tribunales y del fraude electoral afianzarse en el poder.
El MAS, por su parte, aún no ha elegido candidato presidencial. El acuerdo alcanzado por el MAS y el nuevo oficialismo para celebrar elecciones prohíbe que Morales y el que fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera, concurran a estos comicios.
Morales se limitará a dirigir la campaña electoral del MAS desde Argentina, donde está refugiado desde el pasado 10 de noviembre, cuando dimitió y huyó de Bolivia después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) detectara «irregularidades» en las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Los nuevos comicios, cuya fecha se anunciará en los próximos días, están destinados a zanjar la crisis política desatada por el supuesto fraude electoral. Más de 30 personas murieron en los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de Morales y con las fuerzas de seguridad.