La Alcaldìa milanesa, intenta controlar la irregularidad y funciona durante los normales controles del "billeto" a los pasajeros de los autobuses y metros
Los inmigrantes indocumentados, de todas las nacionalidades, que trabajan y residen en Milán están pasando momentos de tensión desde ayer cuando en esta ciudad se inauguró «a sorpresa» el autobús-anticlandestinos que tiene como misión recoger y transportar a los extranjeros que encuentren sin papeles, hasta las comisarías de policìa y los centros de identificaciòn.
La medida, puesta en vigencia por la Alcaldìa milanesa, intenta controlar la irregularidad y funciona durante los normales controles del «billeto» a los pasajeros de los autobuses y metros, y en las paradas establecidas de los medios de transporte pùblico.
«Estuve presente cuando se llevaron a un africano sin documentos en la parada del autobùs, los vigilantes urbanos se le acercaron y despuès de comprobar que era ilegal lo hicieron subir al bus especial, nadie dijo nada, y lo que yo hice fue llamar a un amigo que no tiene papeles para que estè atento» comentò Fredy Chiriboga, ecuatoriano originario de Machala.
El mètodo empleado por las pratullas anticlandestinos està ligado al plan de seguridad expresa el vice alcalde de Milàn, Ricardo De Corato, quien minimiza las crìticas hechas en su contra y senala que se està actuando de acuerdo a la Ley «es justo que de 3.057 vigilantes urbanos de la ciudad, almenos 150 se ocupen del tema de la seguridad», insistiò el funcionario.
Amnesty Internacional, organizaciones sindicales y exponentes religiosos estàn pidiendo que la alcaldìa dè marcha atràs y retire de circulaciòn el temido bus calificando el operativo como una «pràtica inhumana que causa verguenza y atenta contra los derechos humanos».
Sin embargo varios polìticos de la Liga Norte defienden el trabajo de la alcaldìa porque aseguran que «los clandestinos viendo el bus entenderàn de una vez por todas que se deben regresar a sus casas».
Patricia Bustamante, quitena, pecisò que en quince anos que reside en Milàn nunca antes vio tanta «crueldad contra los inmigrantes» y dijo que tiene la esperanza que estos controles duren poco y que disminuyan pronto porque de lo contrario «muchos connacionales subiràn primero al autobùs y despuès al aviòn de regreso al ecuador».