Poch, teniente de fragata y piloto naval durante la dictadura argentina, ha asegurado que no tiene "nada que ver" con los denominados "vuelos de la muerte" y que no pudo estar en la Escuela de Mecánica de la Armada, porque nunca estuvo destinado allí
El piloto de origen argentino Julio Alberto Poch, detenido el pasado 22 de septiembre en Manises (Valencia) por su participación en los llamados «vuelos de la muerte» durante la dictadura argentina, ha negado hoy los hechos ante el juez y ha asegurado que sus compañeros malinterpretaron sus palabras.Así lo ha manifestado Poch ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que, a instancias del fiscal, ha ratificado la orden de ingreso en prisión dictada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Quart de Poblet, tras lo que comenzará a tramitarse la petición de extradición cursada por Argentina por los delitos de torturas y detención ilegal, entre otros.
Según ha explicado el abogado defensor de Poch, Ignacio Peláez, su representado ha relatado al juez que durante una comida celebrada en Bali (Indonesia) con varios compañeros les contó hechos acaecidos en Argentina durante la dictadura, les manifestó que él estaba «en contra de todo tipo de terrorismo» y que, por supuesto, no participó en los «vuelos de la muerte».
Estas declaraciones, según el piloto, de nacionalidad holandesa y origen argentino y que se ha negado a ser extraditado, fueron malinterpretadas por sus colegas, que fueron quienes presentaron una denuncia contra él ante las autoridades holandesas, que lo comunicaron a Argentina y cursó la orden de detención.
Poch, teniente de fragata y piloto naval durante la dictadura argentina, ha asegurado que no tiene «nada que ver» con los denominados «vuelos de la muerte» y que no pudo estar en la Escuela de Mecánica de la Armada, porque nunca estuvo destinado allí, sino en otras ciudades.
Para su defensa, la detención de Poch responde a «temas más políticos que otra cosa» puesto que la orden de detención de Argentina llegó a Holanda el pasado marzo y su cliente ha sido detenido seis meses después en España y «justamente» cuando realizaba su último vuelo antes de jubilarse.
«La patata caliente se la han mandado a España», ha considerado el letrado, que ha añadido que ha sido una reacción «hipócrita» y lo ha achacado al hecho de que el padre de la esposa del heredero de la Corona holandesa, Máxima Zorreguieta, ocupó un cargo relevante durante la dictadura argentina.
Peláez ha solicitado la puesta en libertad de Poch y ha alegado que tiene una vivienda en propiedad en Valencia donde, después de jubilarse, tenía la intención de residir durante medio año y la otra mitad en Holanda.
Además, el letrado ha señalado que Poch no quiere ser extraditado en estas circunstancias, pero que en un futuro le gustaría volver a su país porque tiene familia allí.
Poch fue detenido el pasado día 22 cuando efectuaba una escala de 40 minutos en el aeropuerto de Manises antes de regresar a Amsterdam como comandante de un avión de pasajeros de la compañía holandesa de «bajo coste» Transavia, para la que volaba a diferentes destinos europeos, entre ellos Valencia, después de haberse retirado de las fuerzas armadas argentinas.
Argentina tiene ahora un plazo de cuarenta y cinco días desde la detención de Poch para formalizar su solicitud de extradición del piloto.