La ex guerrillera huyó hace un año de las FARC junto a un ingeniero que llevaba 22 meses secuestrado
El guerrillero colombiano «Manuel Marulanda Vélez», fundador y jefe máximo de las FARC fallecido en marzo de 2008, tuvo un hijo enano que «hablaba perfectamente inglés» y también contaba con la compañía de tres perros «salchicha», según revelaciones de un libro escrito por una desertora del grupo.La ex rebelde Zenaida Rueda cuenta en «Conversaciones de una guerrillera», el título del volumen, que el hijo enano de Pedro Antonio Marín, nombre de pila de «Marulanda», era conocido como «Rigo» y que lo vio por primer vez cuando tenía 23 años.
«Con Rigo tuve gran empatía. Al principio estaba aterrada de verlo. Nunca en mi vida había visto un enano», escribe la mujer, según apartados del libro que publica hoy el diario El Tiempo, de propiedad del Grupo español Planeta, la casa editora del volumen de la desertora.
La ex guerrillera huyó hace un año de las FARC junto a un ingeniero que llevaba 22 meses secuestrado.
La mujer agrega: «Rigo tenía su camuflado y botas de caucho. Le habían hecho un chaleco pequeñito y cargaba un morral con hamaca, sábana, dos mudas de ropa y una pistolita Pietro Beretta, aunque nunca lo vi disparar».
Según ella, el enano «era muy inteligente» y «hablaba perfectamente inglés», por lo que «le habían encomendado la misión de monitorear las conversaciones (en ese idioma) de los pilotos de los aviones bombarderos y de los aviones fantasmas (de inteligencia militar)».
La ex guerrillera, de 36 años, sostiene que el fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «tenía tres perros chiquiticos, de los que llaman ‘salchichas’. Y los cuidaba mejor que si fueran guerrilleros».
«A veces los llevaba a las caminatas y a los guardias de Marulanda les tocaba cargarles el alimento. Les daban gaseosa con galletas. Por la noche, les armaban un cambuche (rancho) con hamacas y les ponían un toldillo para que no los picaran los bichos. Y antes de subirlos a las hamacas, los guerrilleros les limpiaban las patas», agrega la desertora.
La autora de «Conversaciones de una guerrillera» fue reclutada por las FARC en 1991 e hizo parte de los anillos de seguridad del «Mono Jojoy», alias de Jorge Briceño, responsable militar del grupo insurgente, que Marulanda fundó en 1964.