Durante la campaña electoral, Mujica dijo en varias ocasiones que es amigo de Chávez y del presidente boliviano, Evo Morales, pero que su referente político es Lula
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Uno es un viejo ex terrorista, que en sus años mozos asesinó a mansalva. El otro es un ex golpista que en sus años maduros juega a dictador y apoya a narcoguerrilleros. Y se han hecho amigos.
El presidente electo de Uruguay, José Pepe Mujica, ha ofrecido al mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, relanzar la relación entre las dos naciones, en el único acto público que ha sostenido con uno de los jefes de Estado que han participado en la cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Entre el lunes y este martes Mujica tuvo sus primeros contactos por separado con todos los presidentes que asistieron a la cumbre -el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, la argentina Cristina Fernández y el paraguayo Fernando Lugo- pero todos fueron privados y apenas trascendió su contenido.
Sin embargo, con Chávez, al que le une una relación afectuosa desde hace años, ha compartido un mitin en una fábrica de vidrio en la periferia de Montevideo que cuenta con 3 millones de dólares de financiación venezolana.
«Nunca podremos agradecer en la magnitud la ayuda que ha significado el esfuerzo del pueblo venezolano, representado por su Gobierno», ha dicho el ex guerrillero tupamaro de 74 años, que el pasado 29 de noviembre se alzó con la victoria en la segunda vuelta de las elecciones superando al izquierdista Frente Amplio.
Durante la campaña electoral, Mujica dijo en varias ocasiones que es amigo de Chávez y del presidente boliviano, Evo Morales, pero que su referente político es Lula.
Chávez, además de felicitarlo una vez más por su triunfo electoral, se ha mostrado convencido de que con el futuro presidente uruguayo habrá tanta o más afinidad que con su predecesor Tabaré Vázquez, del mismo bloque político y que en 2005 se convirtió en el primer presidente de izquierdas de la historia uruguaya, marcada por los casi 170 años de hegemonía del Partido Colorado, de centro-derecha.
ACUERDO DE CARACAS
Chávez recordó que con Vázquez se comprometió a garantizar al Estado uruguayo «todo el suministro de petróleo y gas que necesite para los próximos cien años» mediante el llamado Acuerdo de Caracas, según el cual el 75% de lo adeudado puede ser devuelto en especies.
A Mujica le ha ofrecido ahondar en esa colaboración y le ha instado a buscar posibles formas de compensar la ayuda por el petróleo, por ejemplo enviando vacas, cuero, neumáticos, quesos, leche, u otros bienes que produce Uruguay y que le pueden interesar a Venezuela.
Después del encuentro, Mujica tenía previsto cenar en un restaurante de Montevideo con Chávez, el último mandatario participante en la cumbre del Mercosur en abandonar el país.