Santos Calderón reconoció sentirse "indignado, triste y desilusionado" por la solicitud de la ex rehén, quien a su juicio debería recibir un "premio mundial a la ingratitud y a la desfachatez"
La ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt retiró ayer la solicitud de indemnización por más de 6.5 millones de dólares que presentó contra el Estado, al que responsabilizó por los seis años en que fue rehén de las FARC.
Ante la avalancha de críticas que recibió por su demanda, que fue calificada por el gobierno de un «acto de codicia», Betancourt decidió retirar las dos solicitudes de conciliación extrajudicial, que incluían una indemnización de 6.5 millones de dólares.
El procurador delegado para la conciliación extrajudicial, Isnardo Jaimes, informó que los abogados de la ex candidata presentaron un documento retirando la solicitud de indemnización, refiere el portal de El Financiero en Línea.
Betancourt y su familia presentaron la semana pasada al gobierno dos solicitudes de conciliación extrajudicial para exigir una indemnización de 6.5 millones de dólares por la supuesta responsabilidad del Estado en su secuestro.
La ex candidata presidencial fue secuestrada en febrero de 2002 por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y rescatada en julio de 2008 durante la denominada «Operación Jaque», considerada como el golpe más contundente al grupo rebelde.
El Ministerio Público habría citado a la familia Betancourt para el 5 de agosto próximo a fin de dar inicio formal al proceso de conciliación entre la ex rehén y la cartera de Defensa, encargada de responder por la petición de la política.
La demanda de la ex candidata presidencial generó un fuerte rechazo en esferas militares, el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, los partidos políticos y las organizaciones sociales en general.
El Ministerio de Defensa, incluso, se manifestó «sorprendido y apesadumbrado» por la exigencia de la ex rehén; mientras el vicepresidente Francisco Santos Calderón afirmó que Betancourt debería recibir el «premio a la ingratitud».
«Las aspiraciones de Ingrid Betancourt y su familia de obtener una indemnización por su secuestro constituyen un acto de codicia, ingratitud y oportunismo», aseveró y advirtió que la exigencia «merece el rechazo de los colombianos y de la opinión mundial».
Santos Calderón reconoció sentirse «indignado, triste y desilusionado» por la solicitud de la ex rehén, quien a su juicio debería recibir un «premio mundial a la ingratitud y a la desfachatez».