Los canales de televisión mostraron a manifestantes que golpearon y pisaron muñecos de Morales, algo hasta hace poco impensable en una región en la que tuvo casi el 80% de los votos en 2009
Los pobladores del departamento de Potosí recuperaron hoy la normalidad y festejaron como un triunfo que el presidente boliviano, Evo Morales, cediera a sus demandas tras 19 días de huelga general y bloqueos de carreteras que mantuvieron retenidos a cientos de turistas y transportistas.
El presidente del Comité Cívico de Potosí, Celestino Condori, que encabezó la protesta, dijo hoy a Efe que los potosinos celebran desde anoche la «unidad» mostrada en esta movilización que causó, según él, un «serio desgaste» para Morales.
«Este costo político es el que más la población está festejando ahora, porque al final se ha podido ver que el Gobierno no entiende a este pueblo que se ha sacrificado, y ahora es un poco difícil reencaminar una nueva relación entre el Gobierno y el pueblo», aseguró Condori.
Los canales de televisión mostraron a manifestantes que golpearon y pisaron muñecos de Morales, algo hasta hace poco impensable en una región en la que tuvo casi el 80% de los votos en 2009.
Algunos dirigentes cívicos del departamento, fronterizo con Chile y Argentina, dijeron hoy al mandatario que mejor no asista a la fiesta de aniversario de la ciudad el próximo 10 de noviembre.
Pero Condori dijo que el Comité Cívico no puede «de ninguna manera» impedir que un presidente visite Potosí en esa fecha, como ha planteado el segundo líder regional, Luis Pastor Villafuerte.
El conflicto concluyó con cinco acuerdos firmados en la cercana ciudad de Sucre por ministros de Morales y dirigentes potosinos sobre proyectos de desarrollo y una disputa con la región vecina de Oruro por un territorio rico en minerales.
Los negociadores potosinos, entre ellos el gobernador Félix González, que respaldó la protesta pese a pertenecer al partido de Morales, fueron recibidos como héroes por una multitud al regresar a Potosí con los acuerdos, la mayoría promesas de buenos propósitos sin fecha de ejecución ni monto de inversión.
Condori dijo a Efe que el conflicto dejó «serias heridas» entre Morales y los potosinos, que pidieron insistentemente al mandatario que viajase a su ciudad o Sucre para encabezar las negociaciones.
Morales no lo hizo y, además, en la única ocasión en que habló del conflicto, incriminó a los dirigentes de Potosí de conspirar contra él, acusación que hace casi siempre a quienes se le oponen, aunque hayan sido hasta la víspera amigos y aliados.
Condori matizó hoy que Morales es el único que puede garantizar el cumplimiento de los convenios firmados, por lo que debería plantearse un viaje a la ciudad incluso antes del 10 del noviembre.
Centenares de turistas y transportistas extranjeros quedaron virtualmente secuestrados durante las protestas, aunque algunos lograron salir en vuelos especiales y caravanas que organizaron embajadas como las de Francia y Argentina.
Los últimos turistas extranjeros se apresuraban a tomar hoy los autobuses para salir de Potosí, ciudad colonial declarada Patrimonio de la Humanidad, cuya imagen turística, así como la de toda Bolivia, ha sufrido un duro golpe a causa de las protestas, según las autoridades.
«Nadie quiere viajar a ningún lugar donde podría quedar en medio de rencillas internas, ser objeto de chantajes u otro tipo de presiones», anota hoy el diario paceño «La Prensa».
Entre las pérdidas económicas hay al menos 12 millones de dólares por la paralización de las minas del Cerro Rico de Potosí, donde operan miles de mineros y la empresa estadounidense Coeur D’Alene.
Además, la firma San Cristóbal, filial de la japonesa Sumitomo, tuvo perdidas de dos millones de dólares diarios por paralizar durante seis días la explotación de la mayor mina de plata del país.
Aun no hay información sobre las pérdidas de otras trasnacionales mineras que operan en Potosí, como la canadiense Pan American Silver, la australiana Republic Gold y la suiza Glencore, debido al bloqueo de rutas que paralizó la región.
El Gobierno anunció que investigará si Glencore, enfrentada a Morales por una expropiación, suministró explosivos a sus mineros para las protestas.