Es necesario que el presidente se despierte, que mire a las personas que sufren de otra manera
El padre Arthur Hervet, de una de las parroquias de la ciudad de Lille (al norte de Francia), reconoció públicamente que reza para que el presidente del país, Nicolas Sarkozy, tenga una crisis cardiaca que le impida seguir adelante con su «guerra» contra los gitanos.
«Rezo, os pido perdón, para que el señor Sarkozy tenga una crisis cardiaca«, declaró a la prensa el sacerdote, de 71 años, tras oficiar la habitual misa dominical.
«No sé qué más hacer» para frenar esta «guerra», agregó el padre Arthur, muy conocido en la zona por su apoyo a la comunidad gitana, para la que ha recaudado fondos con los que adquirir tiendas de campaña, alimentos o ropa.
El sacerdote ha decidido también devolver al Gobierno una medalla al mérito con la que había sido condecorado y se ha dirigido al ministro del Interior, Brice Hortefeux, para reprocharle el hecho de que no conozca la «deplorable» situación en la que viven los gitanos que se instalan en Francia.
Afectado y decepcionado
«Desde hace tres meses la comunidad gitana está sufriendo una guerra», explica el padre Arhur en una carta dirigida al ministro de Interior y que leyó a los periodistas después de la misa dominical.
Tal y como revela el periódico francés ‘La voix du Nord‘, el padre reconoce no saber qué mas hacer para protestar por las expulsiones que está llevando a cabo Sarkozy.
«Sólo tengo fuerzas para llorar«, añade el cura, que ha devuelto una medalla al mérito que obtuviera en 2008 por iniciativa del entonces ministro de Inmigración y actual ministro de Interior, al que ahora dirige estas duras palabras.
«Me gustaría que Sarkozy tuviera un paro cardiaco, que su corazón empezara después a latir de otra forma. He conocido a muchas personas que, después de un ataque al corazón, no volvían a ser las mismas. Es necesario que el presidente se despierte, que mire a las personas que sufren de otra manera. Cuando veo a estas personas delante de sus caravanas destrozadas…sólo podemos sentirnos desconsolados».
Ha lanzado una última pregunta al presidente francés:
«¿Conoce usted la situación real? ¿Porqué no viene a verlo?»