Una larga operación de inteligencia permitió capturar a alias «La Barbie»

Una larga operación de inteligencia permitió capturar a alias "La Barbie"
Detención del narcotraficante Édgar Valdez Villareal, alias "La Barbie". EFE

La detención del buscado narcotraficante Edgar Valdez Villareal, alias «La Barbie», fue posible gracias a un trabajo de inteligencia que tomó más de un año y se extendió por todo el país, según portavoces oficiales.

«Tras un trabajo de inteligencia que inició en junio de 2009, y se desarrolló en diversos puntos del país, Valdez Villarreal fue detenido», reveló la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en un escueto comunicado.

Por su parte, el portavoz nacional de Seguridad, Alejandro Poiré, reveló que las investigaciones se realizaron en los estados de Morelos, Sinaloa, Estado de México, Jalisco y Nuevo León.

El proceso tuvo lugar «en diferentes tiempos» para «asegurar elementos de su estructura criminal e integrar la inteligencia necesaria para ubicar su paradero», dijo Poiré.

El que fuera jefe de sicarios del cartel de los Beltrán Leyva y líder ahora de una rebelión interna para hacerse con el control de la organización fue finalmente capturado la tarde del lunes en el Estado de México, próximo a la capital.

La aprehensión tuvo lugar poco antes del momento en el que se confirmó la noticia, aproximadamente a las 18.00 hora local (23.00 GMT), dijo a Efe un portavoz de la SSP.

En ese momento el funcionario advirtió de que el operativo puesto en marcha por la Policía Federal continuaba, aunque no trascendió oficialmente ningún otro detalle.

El lugar de la captura estaría situado entre los límites del Estado de México y el de Morelos, este último considerado uno de los territorios base del cartel en los últimos años.

Por Valdez Villareal -originario de Laredo (Texas, EE.UU.)- el Gobierno mexicano ofrecía 30 millones de pesos (unos 2,3 millones de dólares). El narcotraficante, apodado así por su aspecto de galán, lucía al ser detenido unos kilos más que los que aparentemente presentaba en las fotos en poder de las autoridades.

«La Barbie»y el capo Arturo Beltrán Leyva (alias «El Barbas», líder máximo de la organización) estuvieron a punto de ser capturados en diciembre durante el asalto por fuerzas de seguridad federales a una fiesta donde ambos se encontraban.

Algunos analistas especulan con que la muerte de Arturo Beltrán Leyva unos días después, en un operativo de la Marina en Morelos, se derivó de la traición de su subordinado.

Tras la caída del capo, «La Barbie» lideró una insurrección interna para tomar el control del cartel (escindido en 2008 a su vez del poderoso cartel de Sinaloa en represalia por una traición).

Tras la muerte de Arturo fue su hermano, Héctor Beltrán Leyva, «El H», quien tomó las riendas del grupo criminal.

En los últimos meses la lucha ha dejado decenas de cadáveres, principalmente en los estados de Guerrero (sur) y Morelos.

«Se está destruyendo lo que queda del cartel de los Beltrán Leyva», refirió sobre la detención el periodista y escritor José Reveles, quien ha estudiado a fondo el asunto.

Reveles consideró que la detención puede «aminorar un poco la violencia» en Morelos, donde se estaba alcanzando un nivel muy elevado de confrontación, a semejanza del que existe en el norte del país.

Sin embargo, advirtió: «No necesariamente un capo como ‘La Barbie’ es el único (en el poder), puede haber lugartenientes a la espera de una oportunidad».

Reveles se reafirmó en que la detención sirve para «limpiar el camino» al rival cartel de Sinaloa, al que supuestamente el Gobierno estaría favoreciendo, según analistas, algo que las autoridades federales niegan.

Este es el cuarto golpe fuerte propinado al narcotráfico mexicano en los últimos nueves meses. Además de la muerte de «El Barbas», se detuvo a uno de los barones de la droga de Tijuana, Teodoro García Simental, «El Teo», y se abatió a Ignacio «Nacho» Coronel, uno de los líderes del cartel de Sinaloa, que buscaba operar en solitario.

Las detenciones se enmarcan dentro de la llamada guerra al narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón a su llegada al poder en diciembre de 2006, y en la que participan 65.000 miembros federales de la policía y el Ejército.

El país está inmerso en una fuerte crisis de seguridad, con 28.000 muertes en algo menos de cuatro años y una brutal escalada de la violencia, especialmente en el norte, por la guerra entre carteles.

La detención de «La Barbie» se produce dos días antes de que Calderón rinda su informe anual ante el Congreso.

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