En dos ruedas de prensa consecutivas ante los medios extranjeros acreditados en Lima, las dos favoritas se refirieron una vez más a cuestiones ideológicas con más énfasis que en sus planes concretos de gobierno municipal
La posibilidad de que la izquierda peruana conquiste la Alcaldía de Lima el próximo domingo centró este martes las discrepancias entre las principales candidatas, la izquierdista Susana Villarán, favorita en las encuestas, y su rival, la conservadora Lourdes Flores.
En dos ruedas de prensa consecutivas ante los medios extranjeros acreditados en Lima, las dos favoritas se refirieron una vez más a cuestiones ideológicas con más énfasis que en sus planes concretos de gobierno municipal.
Villarán, que encabeza el partido Fuerza Social y es apoyada por un amplio espectro de la izquierda, se centró en subrayar que pertenece a una izquierda «moderna, liberal y descentralista» y subrayó sus diferencias con el «militarismo autoritario» de Hugo Chávez y proclamando sus simpatías por los actuales gobiernos de Brasil, Uruguay o El Salvador.
Lourdes Flores, del Partido Popular Cristiano, usó gran parte de su tiempo en descalificar el proyecto de su rival por representar a «una izquierda no madura, fruto del azar», que traería «un gobierno desordenado y radical», y justificó este énfasis porque, según ella «está en juego mucho más» que la alcaldía de la ciudad.
Flores hacía referencia a la cercanía de las elecciones legislativas y presidenciales de abril de 2011, pues lo que se decida en las municipales limeñas «marcará el derrotero nacional» y traerá «riesgos de un extremismo radical» en el escenario político de los próximos meses.
Demonización de la izquierda
Villarán sostuvo que hay una «demonización de la izquierda, que es interesada y viene de grupos de poder», y reconoció que con esta campaña municipal «se configura un espacio alternativo diferente» al del Partido Nacionalista Peruano (principal fuerza de izquierda parlamentaria), además de anunciar que Fuerza Social concurrirá por separado a las legislativas del año próximo.
Villarán, que en solo un mes y medio ha pasado de tercera en intención de voto a encabezar con claridad todos los sondeos, explicó que lo izquierdista de su proyecto es su énfasis en la inclusión, pues Lima es «una ciudad con poco centro y demasiadas periferias, pocos incluidos y demasiados excluidos».
Alabó el modelo de alcaldía en Bogotá, ciudad que según ella guarda muchas similitudes con Lima en tamaño y problemas y donde alcaldes de distintas tendencias han conseguido recuperar el espacio urbano, y elogió asimismo las experiencias de Medellín, Barcelona o Lille (Francia).
Según Villarán, su gobierno pondrá «énfasis en la ciudadanía y no en las infraestructuras», en referencia al actual Alcalde limeño, Luis Castañeda, probable candidato a la Presidencia del país y que siempre proclama su pasión por las obras públicas.
Por su parte, Flores alertó contra el triunfo de Villarán porque podría ser el fin del «progreso emergente y popular» que según ella ha vivido Perú y Lima en los últimos años, en referencia a los ocho años de crecimiento ininterrumpido del PIB nacional y la emergencia de numerosas pequeñas y medianas empresas en el país.
Por último, ambas candidatas mostraron sus diferencias también sobre los matrimonios de homosexuales: Villarán dijo ser partidaria del matrimonio civil y de la adopción por parte de homosexuales, mientras que Flores, si bien admitió la posibilidad de «legalizar uniones», fue tajante a la hora de negarles el estatus de matrimonio.
La Alcaldía de Lima estuvo ocupada por la izquierda entre 1984 y 1987, y desde entonces se han sucedido gobiernos de centro y derecha.
Además, la presencia de dos mujeres favoritas representa otra novedad, pues por vez primera una mujer elegida democráticamente ocupará la Alcaldía de la capital peruana, que con más de ocho millones de habitantes concentra la tercera parte de la población del país.