Loa haitianos responsabilizan a los casoa azules de que el cólera se haya instalado y expandido en el país
Naciones Unidas advirtió ayer sobre las complicaciones que enfrentan sus oficinas para llevar asistencia a los afectados por el cólera en Haití, y convocó para el 3 de diciembre una Asamblea General, para tratar la situación del país.
El titular de la asamblea, Joseph Deiss, hizo la convocatoria a una sesión informal, con base en la preocupación existente por los acontecimientos en ese país caribeño, en que se escuchará un reporte del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Desde inicios de esta semana, la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah) está en el centro de las protestas de manifestantes que la responsabilizan de que el cólera se haya instalado y expandido en el país.
Hasta ahora, la epidemia dejó 1,100 nuertos y decenas de miles de afectados.
Las protestas contra las fuerzas de la ONU parten de una versión que señala el origen del contagio en un campamento de la Minustah, en la localidad de Mirebalais, donde están acantonados militares de Nepal integrantes de ese contingente.
Voceros de la organización mundial insisten en negar esa posibilidad y sugirieron que las demostraciones pueden tener motivaciones políticas, debido a la cercanía de las elecciones, el domingo 28.
En su convocatoria a la sesión de la Asamblea General, Deiss también urgió a los Estados miembro a apoyar un llamamiento hecho la semana pasada para reunir otros 164 millones de dólares de ayuda, para combatir la epidemia del cólera en Haití.
Desde Ginebra, la vocera de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Elisabeth Byrs, advirtió que las manifestaciones «han ralentizado las labores de prevención del cólera e impidieron que medicamentos y otros materiales alcanzaran su destino».
A modo de ejemplo, Byrs citó que debió suspenderse un programa para colocar cloro en el agua que beben 300 mil personas, y el saqueo y la quema de un almacén del Programa Mundial de Alimentos (PMA) donde se guardaban 500 toneladas de comida.
En este marco, y ante las reiteradas demandas para que se suspendan las elecciones, el responsable de la OEA para Haití, el surinamés Albert Ramdin, insistió en que «lo más inteligente es hacer todos los esfuerzos posibles» para que los comicios se lleven a cabo.
«Si se pone en el contexto de lo que está pasando en Haití ahora mismo, si se mira hacia lo que se necesita para el futuro de Haití y se mira también al pasado reciente de posponer elecciones y las consecuencias de ello en materia de política y seguridad, lo más inteligente es hacer todos los esfuerzos», señaló Ramdin a la agencia DPA.
Para el diplomático, «Haití necesita un entorno político estable si quiere avanzar», porque no le fue bien «con gobiernos interinos o presidentes cuyos mandatos fueron prolongados fuera de la Constitución».
«Así que la pregunta es: ¿Qué ganan los haitianos con posponer estas elecciones? Y no creo que la respuesta sea positiva», subrayó el dirigente surinamés.
También la Misión de Observación Electoral de la OEA y la Caricom respaldaron los preparativos para las elecciones, porque están en «buen camino», pese a que todavía hay «desafíos por enfrentar», e instó a la población para que vaya a votar el domingo 28.
La OEA llevó a Haití a 68 observadores, a fin de que supervisen el operativo para las elecciones, en las que se elegirá presidente, 99 diputados y 11 senadores nacionales.
Los haitianos debieron votar en febrero, pero los comicios fueron postergados por las consecuencias que dejó el terremoto de enero.