La Policía Nacional ha desarticulado en Barcelona un grupo organizado dedicado a la explotación sexual de mujeres y que contaba con 11 prostíbulos en la capital catalana y Mataró
La Policía Nacional ha desarticulado en Barcelona un grupo organizado dedicado a la explotación sexual de mujeres y que contaba con 11 prostíbulos en la capital catalana y Mataró.
En esta operación han sido detenidas un total de 20 personas que explotaban a mujeres, principalmente extranjeras en situación irregular, para lo cual utilizaban diversas sociedades mercantiles como tapadera de esta actividad. A los arrestados -12 de nacionalidad española y el resto de Croacia, Nigeria, Marruecos, Brasil, República Dominicana, Rumania, Colombia y Portugal- se les imputan los presuntos delitos de favorecer la inmigración ilegal, relativo a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores, falsedad documental, usurpación del estado civil y lesiones.
La policia comenzó a investigar tras detectar una serie de inmuebles en Barcelona que funcionaban como saunas de relax o prostíbulos, controlados por una misma organización y en los que podrían estar siendo explotadas sexualmente mujeres extranjeras en situación irregular. Dichos locales se anunciaban en distintas páginas de Internet y prensa escrita. En la operación policial se realizaron inspecciones en los diferentes locales. Durante el operativo se registraron diez prostíbulos en Barcelona y otro más en Mataró, donde fueron identificadas un total de 93 personas. La mayoría de los locales funcionaban las 24 horas y en ellos vivían algunas de las meretrices.
Camuflados como peluquerías
En cada prostíbulo, una encargada se encargaba de recibir a los clientes, presentarles a las distintas mujeres disponibles en cada momento y controlar el tiempo y duración de los servicios sexuales, por los que abonaban entre 60 y 80 euros cada media hora. Las mujeres estaban obligadas a repartir esta cantidad con los responsables del local al 50%.
Asimismo, las mujeres tenían que costearse tanto el alojamiento y la manutención como la «plaza» o derecho a ejercer la prostitución en el local. Ello evidenciaba la existencia de una vinculación laboral entre las partes, ya que también se establecían unos horarios determinados y unas normas de funcionamiento, según los investigadores.
La investigación ha permitido esclarecer la relación de los prostíbulos entre sí a través de distintas sociedades mercantiles que constaban como locales de estética, peluquerías, masajes o incluso inmobiliarias a efectos de dar apariencia de legalidad a las actividades ilícitas.