El canal privado Globovisión afirmó hoy que el traspaso del 20% de las acciones al Estado venezolano no le hará cambiar su línea editorial, abiertamente opositora al Gobierno del presidente Hugo Chávez.
La empresa «Sindicato Ávila C.A. posee únicamente un 20% de las acciones de Corpomedios, porcentaje que no da facultad para designar a miembros de la Junta Directiva de la empresa ni afectar la gestión de la misma», dijo el canal en su página web.
Corpomedios es la entidad jurídica a la cual el Estado le ha entregado la explotación de la frecuencia de Globovisión.
«Con fecha 3 de diciembre de 2010 apareció publicada en Gaceta Oficial la Resolución mediante la cual la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras (Sudeban) acuerda la liquidación de Sindicato Ávila C.A.», recordó la emisora.
El Sindicato Ávila C.A. era una de las empresas asociadas al Banco Federal, del banquero Nelson Mezerhane, prófugo de la justicia por supuesta estafa a los clientes de la entidad financiera liquidada el mes pasado por Sudeban.
«Las decisiones a nivel de Asamblea de Accionistas de Corpomedios, entre ellas la designación de los miembros de la Junta Directiva, son tomadas con el voto favorable del 65% del capital social», destacó la nota de Globovisión.
Por su parte, la representante legal de la cadena de noticias, Ana Cristina Núñez, negó este martes que el paquete accionarial de 20 por ciento de Sindicato Ávila haya pasado automáticamente a manos del Estado.
«Las acciones de Globovisión no han sufrido ningún cambio», y así se evidencia tanto en «los libros» como en el «registro mercantil» de la cadena de noticias, declaró la abogada a las puertas de Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade), encargado de la liquidación de Sindicatos Ávila.
La abogada entregó en Fogade un documento en el que pide al organismo público respeto al proceso de liquidación establecido en la ley y los estatutos sociales de Sindicato Ávila, que señalan que, en caso de la venta de acciones, los demás propietarios de la firma tienen el derecho preferencial a adquirirlas.
Federico Ravell, director de Globovisión hasta inicios de año, reveló a Efe el pasado 21 de julio ser el dueño de un 10% de las acciones de la emisora, detalló que Mezerhane poseía otro 25% y que el presidente del canal, Guillermo Zuloaga, buscado por la justicia local y quien ha pedido asilo en EE.UU., un 45%.
El 20% restante correspondía al empresario Luis Nuñez, ya fallecido, agregó Ravell.
Se trata de títulos que «están en el aire», dijo Chávez a su vez ese mismo mes, al dar cuenta de que los derechos de herencia no existen en los contratos de concesión del espectro radioeléctrico.
Chávez repitió en esa ocasión que con ese traspaso de acciones al Estado «nadie podrá decir» que su Gobierno «está expropiando», y repudió que Mezerhane y Zuloaga huyeran a Estados Unidos.
Mezerhane está prófugo de la justicia por el proceso contra el Banco Federal, en tanto que Zuloaga, también empresario automotriz, está imputado por usura y asociación para delinquir, a causa del presunto ocultamiento de vehículos para su posterior venta a precios «inflados».
Además, insistió este martes en una carta pública dirigida a Chávez que se considera un «perseguido político» y que el «propósito final» de Chávez es «silenciar al único medio televisivo que dice e informa sobre sus atropellos a la democracia y al Estado de Derecho en Venezuela y sobre su irracionalidad como gobernante».
Al negar que Sindicato Ávila forme parte del Banco Federal, subrayó: «usted, arbitrariamente y con el propósito ya indicado, intervino (esa entidad) y me confiscó para único beneficio de su gobierno parasitario».
Ello, remata la carta, «para saciar su odio hacia quienes no compartimos su modo dictatorial de pensar y de actuar».