A pesar de la mayor operación de ayuda internacional jamás organizada, MSF aseguró que "los haitianos continúan soportando unas condiciones de vida lamentables"
Más de un millón de haitianos continúan siendo indigentes un año después del devastador terremoto que asoló al país y causó la muerte a 222,000 personas, advirtió hoy la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
A pesar de la mayor operación de ayuda internacional jamás organizada, MSF aseguró que «los haitianos continúan soportando unas condiciones de vida lamentables» desde el sismo del 12 de enero de 2010.
Marie-Pierre Allie, cabeza de MSF en Francia, dijo a los periodistas por teléfono que la epidemia del cólera que afecta al país está complicando los esfuerzos por ayudar a los haitianos. Se estima que la enfermedad ha matado hasta la fecha a unas 3.600 personas.
El jefe de asistencia médica de MSF en Haití, Stefano Zannini, aseguró que las condiciones continúan siendo difíciles en el país más pobre de América, y que «muchas personas siguen siendo extremadamente vulnerables».
Los riesgos sanitarios, así como otros problemas, como la violencia, continúan plagando el país, especialmente en las áreas de favelas, que están recibiendo menos asistencia que los centros urbanos y los campamentos de refugiados.
En un detallado informe sobre la respuesta durante el primer año tras el terremoto, MSF dijo que la comunidad internacionl debería haber mejorado su sistema de suministro de ayudas para que sea más eficaz, especialmente en un momento en el que los esfuerzos de recuperación se mueven hacia la fase de reconstrucción.
La ONG médica gastó más de 104 millones de euros (131 millones de dólares) en Haití en los últimos 12 meses.
Sin embargo, Naciones Unidas y el Banco Mundial señalaron la semana pasada que las donaciones escasean. Aunque los principales gobiernos prometieron destinar 2.100 millones de dólares a Haití en 2010, sólo enviaron 1.200 millones.
Ya antes del terremoto se estimaba que más de un 70 por ciento de los haitianos vivía con menos de dos dólares al día, y la mayoría apenas tenía acceso a cuidados médicos, según las ONGs activas en el país.
Gran parte de la infraestructura de Haití, incluidos oficinas centrales del gobierno y servicios de salud, quedaron destruidos el año pasado.