¿Se imagina hacer un rally en el medio del Amazonas? Pues así es como unos 30 pilotos de Perú y Brasil celebraron la inauguración de la nueva carretera transamazónica
¿Se imagina hacer un rally en el medio del Amazonas? Pues así es como unos 30 pilotos de Perú y Brasil celebraron la inauguración de la nueva carretera transamazónica.
Esa vía conectará a sus países, que pese a ser vecinos, se han dado históricamente la espalda.
Los pilotos partieron de Nazca, en la costa pacífica de Perú el 19 de enero y atravesaron la cordillera de los Andes hasta llegar a Cuzco, ciudad situada 4.725 metros sobre el nivel del mar.
Posteriormente descendieron a la región amazónica de Madre de Dios, una zona selvática que limita con Bolivia y Brasil, y -a través de un ferry porque en ese punto la ruta no está terminada- cruzaron la frontera a ese país para terminar la carrera en Río Branco, la capital del estado de Acre.
«La carretera no sólo tiene curvas sino grandes pendientes donde si te equivocas te mueres», le dijo a la BBC Luiz Facco un piloto brasileño que compitió junto a Cristina, su esposa y copiloto.
Puente con China
El presidente de Perú, Alan García, definió los 2.589 kilómetros de esta carretera como «el triunfo del hombre sobre la naturaleza y la distancia».
Pero además de facilitar el transporte y las comunicaciones y de ser un símbolo de la integración sudamericana, la carretera transamazónica dejará a su país obvios beneficios económicos ya que se espera que esta ruta potencie el comercio con Asia.
De hecho, como indica el corresponsal de la BBC en Perú, Dan Collyns, China ha sustituido a Estados Unidos como principal socio comercial de Brasil y con esta carretera el mayor país de Sudamérica finalmente tendrá acceso pavimentado al Pacífico a través de cinco puertos peruanos.
Y eso le deja a Perú en un lugar estratégico entre dos de las mayores economías emergentes del mundo: China y Brasil.
Para Miguel Vega, presidente de la Cámara de Comercio peruano-brasileña «este camino es un sueño». «Como decimos en el fútbol, el centro del campo domina el juego. Esta carretera pone a Perú en el centro del campo entre Asia y América del Sur».
Pesadilla ambiental Pero también está demostrado que el camino es una pesadilla para los ambientalistas.
El investigador Rob Williams, que trabaja en Perú para la Sociedad Zoológica de Frankfurt, asegura en este sentido que asfaltar la carretera principal no significa tanto un daño ambiental como el de las «carreteras secundarias que salen de la principal como en un patrón de espina de pescado». «Estas continuarán fragmentando la Amazonía a lo largo de la carretera Interoceánica hasta que esté deforestada».
Pero lejos de verlo como una amenaza a uno de los rincones con mayor biodiversidad del mundo, a lo largo del camino los carteles del gobierno muestran el progreso que la carretera supondrá para la Amazonía con imágenes de lo terrible que la carretera fue una vez y cómo se ve ahora acompañado por mensajes como «Antes: Devastación; Ahora: Optimismo». De ello da buena fe Suleyde Ochoa, una vecina de Inapari, ciudad a la que regresó después de 23 años para construir un restaurante al lado de la carretera. «Antes el camino era tan malo que tomaba una semana para llegar a Puerto Maldonado (mientras que ahora el viaje dura sólo tres horas ). Veo un futuro real aquí y ahora, por eso he vuelto con mi familia», afirmó.
El camino no sólo impulsará el comercio, sino también la migración como el que emprenden más de 200 personas al día que van desde los Andes hasta el Amazonas. Esas personas se suman a las cerca de 30.000 que viven en la Amazonía del negocio ilegal de la extracción de oro, según Juan Carlos Navarro, de la organización no gubernamental Caritas.
«Las instituciones del gobierno son simplemente demasiado débiles para controlarlo», dijo Navarro quien explicó que las autoridades pidieron al gobierno central que declare un estado de emergencia ambiental en la región.
«Más que el desarrollo, el camino nos ha traído problemas», dijo Luis Aguirre, quien desde hace un mes es gobernador de Madre de Dios. «Se suponía que iba a traer el progreso, pero nos ha traído más delincuencia, la droga más la adicción, más deforestación, más destrucción ecológica y una mayor migración sin control».