Ni el más endemoniado guión de Hollywood podría superar el "modus operandi" de las bandas mafiosas de México
Ni el más endemoniado guión de Hollywood podría superar el «modus operandi» de las bandas mafiosas de México. José Luis Cerda Meléndez, alias «La Gata», presentador de televisión de Televisa, fue secuestrado y ejecutado anoche por un grupo de delincuentes. Su cadáver, fue localizado esta mañana en un bulevar del municipio de Guadalupe, parte del área metropolitana de Monterrey, esposado y con varios disparos de arma de fuego, precisó la cadena mexicana.
La noche del jueves un grupo de delincuentes que circulaban en una camioneta secuestró a Cerda, quien iba acompañado de un familiar y de un periodista de la ciudad de Monclova.
El presentador acababa de terminar su participación en el programa de revista «El Club» y se dirigía con sus acompañantes a su automóvil, que estaba aparcado a dos calles de la sede de la empresa, cuando los agresores les encañonaron y obligaron a subir a una camioneta, en la que huyeron.
Esta mañana, tras descubrirse el cuerpo del presentador, al lugar de los hechos llegaron policías municipales, miembros de la Fiscalía y personal forense para realizar las investigaciones pertinentes. Sin embargo, una hora después un grupo de hombres armados apareció por allí a bordo de varios vehículos para robar el cuerpo.
Monterrey, capital del estado de Nuevo León, es una de las ciudades más afectadas por la espiral de violencia en México y una urbe escenario de una guerra entre los cárteles de las drogas del Golfo y Los Zetas desde marzo de 2010.
México es considerado el país más peligroso de América para ejercer el periodismo, y el tercero en el mundo después de Pakistán e Irak, según varias organizaciones de reporteros y de defensa de la libertad de expresión.
Precisamente ayer medio centenar de grupos de medios de comunicación mexicanos, que en conjunto poseen más de 700 compañías de prensa, pactaron seguir criterios comunes para cubrir la violencia del crimen organizado que azota al país y evitar convertirse «en «involuntarios» portavoces de los delincuentes.
En virtud del acuerdo, en caso de que algún reportero o medio sufra amenazas para influir en sus contenidos, los demás se solidarizarán en los términos que mejor le convengan al periodista o al medio afectado.
Para proteger a los periodistas, los medios convinieron además en «no firmar las notas sobre» violencia, hacer coberturas conjuntas con otros medios y evitar los «reportes en vivo desde las zonas más violentas».
En 2010 en México fueron asesinados siete periodistas y ocho más fueron secuestrados, según datos de Reporteros Sin fronteras (RSF).