El nacionalista Ollanta Humala y la conservadora Keiko Fujimori se enfrentarán este domingo en una de las elecciones más reñidas y polarizadas de la historia de Perú, debido al estrecho margen de diferencia que mantienen ambos candidatos en la intención de voto, según los sondeos divulgados en los últimos días.
Más de 19,9 millones de personas han sido convocados nuevamente a las urnas para participar en estos comicios en los que se escogerá al sucesor del actual mandatario, Alan García. En Perú el voto es obligatorio y la ausencia está penalizada con multas.
Humala pasó a la segunda vuelta tras obtener el pasado 10 de abril el 31,720 por ciento de los votos válidos, mientras que Fujimori logró un 23,566 por ciento. La campaña comenzó con amplio respaldo al nacionalista, sin embargo, la tendencia ha ido cambiando a favor de la legisladora que ahora encabeza las intenciones de voto, aunque por una pequeña diferencia.
El simulacro de votación de CPI dio a Fujimori un 51 por ciento de los votos válidos y a Humala un 49 por ciento, informó el jueves una fuente a Reuters. Otras encuestas que han sido divulgadas fuera de Perú –cuya ley prohíbe divulgar estudios una semana antes de los comicios– ponen a la legisladora como favorita, aunque mostrando un ligero retroceso en la intención de voto.
Solo un sondeo, el divulgado el viernes por la Universidad Católica, coloca al líder del partido Gana Perú una ventaja 3,6 puntos sobre la hija del exmandatario Alberto Fujimori, un margen que continúa siendo muy estrecho.
Todo parece indicar que la última palabra la tendrán los indecisos y aquellos que quieren votar en blanco o nulo, los cuales agrupan alrededor del 10 por ciento del electorado que suele tomar su decisión en el último momento, motivo por el que los expertos alertan de que cualquier cosa podría pasar.
LA OPCION HUMALA
Al igual que la campaña de la primera vuelta, las acusaciones han dominado los discursos dejando en un segundo plano las propuestas concretas frente a problemas como la extrema pobreza. En esta oportunidad, los dos candidatos han ampliado un poco más su plan de gobierno, pero lo que ha predominado es la estrategia de desprestigiar al enemigo como parte de la pelea por el voto indeciso.
Humala, un militar retirado de 48 años, entró a la escena política en el año 2000 cuando lideró una revuelta contra Alberto Fujimori. En los comicios pasados –celebrados en 2006– perdió en la segunda vuelta frente a Alan García, en parte, por haber sido vinculado con el polémico Gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez.
La figura del mandatario socialista ha sido la carta bajo la manga que ha sacado Fujimori para atacar al candidato de raíces indígenas, que ha tenido que reconocer que fue un «error» relacionarse con Chávez y sus políticas tan temidas en Perú. «Nosotros hemos querido corregir todos los errores que hemos ido cometiendo porque esa es la manera correcta de un político», aseguró hace unas semanas.
En esta campaña, Humala se ha presentado como un izquierdista moderado, ha sido más cauteloso, ha suavizado su discurso nacionalista y ha marcado distancia con Chávez, a quien ha pedido que «no se meta» en el proceso electoral peruano. Sin embargo, todavía habla de favorecer a los pequeños productores, a los que considera víctimas de las políticas a favor de los ricos.
Humala cuenta ahora con el apoyo de importantes personalidades como el premio Nobel Mario Vargas Llosa y el exmandatario peruano Alejandro Toledo, candidato en la primera vuelta. La mayoría de las personas que le han tendido la mano no han escondido que su principal intención es evitar a toda cosa que el ‘fujimorismo’ –enemigo declarado de muchos políticos– retome el poder en Perú.
Vargas Llosa, que en marzo se habría referido a Keiko y Ollanta como el cáncer y el sida, se ha involucrado en esta campaña pidiendo a los peruanos que no voten por el pasado y que recuerden los problemas que afrontó esa nación durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000). Toledo se ha sumado a esta proclama, al ser uno de los políticos exiliados durante ese régimen.
«Reflexionemos más allá de la política económica está el tema de si lo hacemos en democracia o en dictadura. Cuando un pueblo olvida su historia está condenado a repetirla, los peruanos no pueden votar sin memoria», expresó el jueves el candidato de Gana Perú durante el cierre de campaña.
UN PASADO CON PESO
La legisladora Fujimori, de 35 años y ex primera dama en la década de los noventa, cuenta con el apoyo de quienes aseguran que su padre –condenado a 25 años por delitos de lesa humanidad– salvó a Perú de la violencia de los grupos armados y estabilizó la economía nacional.
A pesar de la polémica que ha girado en torno a su padre, Fujimori no ha tenido miedo a afirmar públicamente que retomará algunas de las estrategias puestas en marcha durante la década en la que estuvo al mando el ‘fujimorismo’, especialmente, aquellas que han sido tildadas de exitosas.
Sin embargo, ha tenido que reconocer que el turbio pasado de su progenitor ha supuesto para ella una carga que ha perjudicado su carrera política. Hace unas semanas sorprendió a la opinión pública al pedir perdón por los errores cometidos por su padre. «Yo soy consciente de que represento al ‘fujimorismo’ y como tal tengo que reconocer y pedir perdón por estos errores y comprometerme a que nunca más estos errores y delitos se van a volver a cometer», afirmó.
Sin embargo, Fujimori destacó los logros de su padre, tales como la derrota de Sendero Luminoso, el fin de la hiperinflación o la paz con Ecuador. El régimen ‘fujimorista’ «no fue una dictadura porque él fue elegido por el pueblo, pero fue autoritario», dijo la candidata del opositor partido Fuerza 2011.
En varias ocasiones, la legisladora fue interrogada sobre la posibilidad de que, una vez en el poder, indulte al exmandatario sentenciado a 25 años de cárcel por la masacre de 25 personas entre 1991 y 1992, durante la lucha que emprendió contra los grupos armados. «El proceso de mi padre está en el camino judicial y repito una vez más que no habrá indulto», afirmó en declaraciones al diario mexicano ‘El Universal’ publicadas esta semana.
Fujimori cuenta con el apoyo del empresario Pedro Pablo Kuczynski, candidato en la primera vuelta, y otras importantes personalidades de la política peruana e internacional como el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, quien fue presentado como su asesor en temas de seguridad.
El exalcalde de Lima Luis Castañeda –también candidato el pasado 10 de abril– dará su voto a la legisladora porque con ella coincide en «aspectos fundamentales» como mantener la política económica y hacer un gobierno de inclusión social. La excandidata del gobernante APRA, Mercedes Aráoz, anunció que también votará por Fujimori porque es «el momento de mirar al futuro».
ECONOMIA PERUANA
El ganador de las elecciones recibirá un país con una gran estabilidad económica y con un crecimiento medio anual de al menos un 7 por ciento en los últimos cinco años, con un máximo histórico de casi un 10 por ciento en 2008.
Perú presume de tener una de las economías más estables de la región gracias a importantes reformas como la apertura del mercado interno, gran promoción de la inversión privada nacional y extranjera y estrictas disciplinas fiscal y monetaria, reseña Reuters.
En medio de la fuerte expansión, la inflación se sitúa entre las bajas de Latinoamérica y las reservas peruanas se han triplicado hasta 46.000 millones de dólares (31.815 millones de euros), es decir, el 30 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en el último quinquenio.