La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reconoció oficialmente este martes la erradicación mundial de la peste bovina, enfermedad muy infecciosa que ha matado a millones de cabezas de ganado y ha causado hambre y dificultades económicas en amplias regiones del planeta.
«Es la primera enfermedad animal que se logra erradicar y la segunda enfermedad en general, después de la viruela. Es necesario concentrarnos en las medidas necesarias para asegurar la sostenibilidad de este resultado y que beneficie a las generaciones futuras», afirmó el director general de la FAO, Jacques Diouf, durante el reconocimiento oficial por los miembros de este organismo de la erradicación mundial de la enfermedad.
Aunque el virus ya no circula entre los animales vivos sí se siguen conservando muestras en algunos laboratorios. Por eso, la «prioridad inmediata» de la FAO es prevenir su reaparición a través de la liberación «accidental o intencional» del virus.
«Hace falta establecer una estrategia para después de la erradicación, a fin de prevenir toda reaparición de la enfermedad», señaló Diouf.
La peste bovina es una enfermedad viral muy contagiosa que afecta a numerosas especies de animales silvestres y domésticos de pezuña hendida, principalmente a los vacunos y los búfalos.
Muchas especies, como las ovejas y las cabras, pueden mostrar síntomas clínicos más tenues de esta enfermedad cuando la contraen, pero la tasa de mortalidad puede llegar al 100% en los rebaños de vacunos y de búfalos, especies muy susceptibles.
El brote de peste bovina en animales importados que se produjo en Bélgica en 1920 dio impulso a la cooperación internacional para combatir las enfermedades de los animales, y un factor decisivo que condujo a la fundación de la Organización Mundial de Sanidad Animal en 1924.
Según recuerda la FAO, la enfermedad ha matado a millones de cabezas de ganado, búfalos y otros animales, y ha causado hambre y dificultades económicas, principalmente en África, Asia y Europa.
El brote más reciente en búfalos salvajes se observó en Kenya, en 2001, y la última vacunación se llevó a cabo en 2006.