No sé decir el nombre de todo el mundo, pero sé que tengo muchos hijos, nietos y bisnietos esparcidos
Fértil como los campos que se dedicó a trabajar durante toda su vida, un agricultor brasileño de 90 años tuvo 50 hijos, frutos de dos matrimonios y de su relación con su cuñada y ¡su suegra!
La numerosa y excéntrica familia se completa con un centenar de nietos y 30 bisnietos que viven en armonía en el estado de Río Grande del Norte.
La historia de Luiz Costa de Oliveira se sitúa en Campo Grande. Allí, junto a su primera esposa tuvo 17 hijos. La mujer murió y el hombre quedó solo, pero por poco tiempo. Repuesto del duelo, conquistó a María Francisca da Silva (hoy de 65 años), quien lo ayudó a su criar a su ya extensa descendencia y que la amplió dándole otros 17 hijos.
El arduo trabajo en el campo no doblegó los instintos amatorios de Luiz, al punto que su cuñada Ozelita sucumbió ante sus encantos y le dio otros 13 hijos. La mujer frecuentaba la casa familiar con la aprobación de su hermana María Francisca, a quien ayudaba con el cuidado de los chicos.
Pero Luiz fue más allá e incurrió en un acto que no ya las mujeres, si no los hombres no le perdonarían. Tuvo relaciones con su suegra (sí, la madre de María Francisca y Ozelita) y la dejó embarazada, lo que añadió un vástago más a la frondosa lista. La mujer tiene hoy 89 años.
En total son 33 hijos con su mujer, cuñada y suegra que se suman a los 17 que ya tenía de su primer matrimonio, aunque no todos lograron sobrevivir. Luiz reconoce que puede tener más hijos de los que no tiene conocimiento “por ahí”, porque siempre le gustó la compañía femenina.
«No sé decir el nombre de todos, pero sé que tengo muchos hijos, nietos y bisnietos esparcidos», agregó. La familia –incluidas las hermanas da Silva y la madre de ambas- vive en armonía en dos humildes casas contiguas en Campo Grande.
Las madres de sus hijos reconocen que el hombre es un galán y él devuelve la gentileza afirmando que «la cosa que Dios hizo mejor en el mundo fue la mujer”.
A la hora de revelar su secreto, Oliveira dice que no fuma ni bebe desde hace 40 años, y que su alimentación es simple, a base de arroz, feijoada y batata. A pesar de su avanzada edad, goza de una salud envidiable, no siente molestias ni dolores y asegura que extraña sus días de labranza en la huerta y de conquistador fuera del campo.