Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron enterrados debajo de un tradicional pasaje peatonal de la ciudad de Mérida, capital del estado de Yucatán, 14 esqueletos humanos que se calcula datan del siglo XVII.
Las osamentas aparecieron hace unos días, en el subsuelo del Pasaje de la Revolución, en el centro de urbe, en suelo de dos capillas que existieron en la colonia en ese lugar y que fueron destruidas durante la Revolución mexicana (1910-1917), indicó el organismo en un comunicado.
El hallazgo tuvo lugar durante unos trabajos de remodelación de ese callejón que son supervisados por expertos del INAH, cuando los obreros removieron el suelo para explorar el sistema de desagüe.
Agustín Peña Castillo, responsable de las labores de rescate arqueológico, explicó en la nota que varios de los esqueletos presentan «diente de pala», cuando los incisivos tienen en su parte posterior una cavidad pronunciada, una característica genética típica de las poblaciones indígenas.
El descubrimiento está relacionado con otro que se registró en la misma zona en 1999, donde se ubicaba el atrio de la catedral, dijo el especialista.
En aquella ocasión se encontraron 17 esqueletos, que corresponden a la época del contacto con los españoles.
El nuevo grupo de osamentas estaba enterrado en un área donde hay cuatro pozos pluviales.
«Hasta el momento se han explorado tres de éstos pozos, y en ellos se han encontrado restos humanos, así como fragmentos de cerámica colonial», señaló Peña.
«En este lugar durante la Colonia existieron dos capillas, la de San José y la del Rosario, mismas que en la Revolución Mexicana fueron destruidas. De manera que la presencia de estas osamentas obedece a la costumbre que hubo en la época novohispana de enterrar a los muertos en el interior y exterior de las iglesias», detalló.
Debido a las lluvias registradas en los últimos días en esa zona del país, los expertos han llevado algunos huesos a la sede del INAH en Yucatán, donde serán sometidas a estudios para determinar su antigüedad exacta.
Los individuos a los que pertenecieron los esqueletos fueron enterrados en diversas posiciones, «algunos están de espalda y otros en posición fetal, varios más son entierros secundarios, es decir, que donde ya había un esqueleto, éste se hizo a un lado para enterrar a otra persona», subrayó.
En el área donde se han descubierto los entierros coloniales, en la época prehispánica también existió un montículo de grandes dimensiones de la antigua ciudad de Tihó o Ichka’ansiho (que en maya significa «faz del nacimiento del cielo»), como se llamaba en tiempos precolombinos la zona que hoy ocupa Mérida.
«Estos nuevos hallazgos son de relevancia, porque nos permitirán obtener información sobre la secuencia poblacional de esta área, desde la época prehispánica hasta el siglo XIX; tenemos expectativas de hallar materiales precolombinos, aunque seguramente el grueso será del periodo colonial», concluyó el experto.