Los dos cadáveres momificados que fueron encontrados el martes en una zona boscosa de Lloret de Mar corresponden a una menor de 13 años y su cuñado de 26, que mantenían una relación prohibida y que llevaban fugados desde agosto.
Esta es la principal hipótesis que barajan los investigadores de los Mossos d’Esquadra, que además creen que la pareja, que llevaba ropa de verano al ser encontrada, se suicidó.
Fue un buscador de setas quien dio con los dos cuerpos que colgaban de un árbol sobre las 11.30 horas en la calle Floristes, a las afueras de Lloret, en un estado avanzado de descomposición.
La niña de 13 años llevaba en paradero desconocido desde el 7 de agosto y mantenía una relación sentimental desde hacía dos años con su cuñado, de 26 años, según aseguró en su día la madre.
MENSAJE DE TEXTO
La madre, de nacionalidad rumana, avisó de que la niña, que no vivía en Lloret y que estaba de visita, había huido con el novio de su hermana mayor, un chico también rumano, porque recibió un mensaje de móvil de ella que le decía que estaba con él. Después de que la madre descubriera la relación, la menor huyó de casa y le mandó un mensaje de texto en el que le decía que la quería y que «ése era su último día de vida», según explicó la madre.
Poco después, la familia comprobó que la pareja de su hermana no estaba en su domicilio y tampoco se presentó a trabajar en su empresa.