Un niño de 13 años se puso al volante de un autobús escolar después de que el conductor sufriera un infarto. Jeremy Wuitschick logró detener el vehículo y a continuación intentó reanimar al conductor con un masaje cardiaco junto a otro estudiante.
Ocurrió en Milton, a unos 48 kilómetros al sur de Seattle.
Jeremy corrió por el pasillo y logró hacerse con el control del volante. El niño vio que el conductor comenzó a sufrir espasmos y perdió el control de sus brazos justo cuando el autobús entraba en la escuela Surprise Lake Middle School.
En las imágenes, se escucha cómo los estudiantes gritan que alguien «llame al 911», y cómo otros piden que «paren el autobús» y «saquen las llaves» del vehículo.
El joven Wuitschick, que no se lo pensó dos veces, retiró las llaves y logró detenerlo.
«Pensé que no quería morir«, afirmó Wuitschick.
«Giré a la derecha y a un lado de la carretera. Saqué las llaves del encendido y comenzamos a perder velocidad lentamente, y grité por ayuda».