Oghosa Ovienroba, de 22 años, se masturbaba 6 veces al día viendo películas

La adicta al porno duro que vivió un infierno hasta ser tocada por el ‘dedo divino’

A la joven del Reino Unido le cambió la vida ante el ordenador cuando solo contaba 14 años de edad...

La adicta al porno duro que vivió un infierno hasta ser tocada por el 'dedo divino'
Oghosa Ovienroba PD

Ha vivido un auténtico infierno, según confiesa, y sólo cuando el cristianismo llamó a su puerta y se sintió apoyada por personas que sufrían de su mismo problema, pudo salir de una adicción que casi la cuesta algo más que la autoestima…

Es Oghosa Ovienroba, una chica de Reino Unido que ahora tiene 22 años de edad, y que cuando tan solo contaba 14, se enganchó a las películas pornográficas que veía compulsivamente a través del ordenador, encerrada en su cuarto a oscuras y sintiéndose avergonzada.

Entre los 18 y los 21 años, llegó a masturbarse seis veces al día, y hubo ‘rachas’ en que se pasó hasta 400 horas viendo escenas X, cada vez más subidas de tono, esto es, de porno extremo.

AYUDA

Pero la vida la empezó a cambiar cuando se decidió a contar su periplo en un vídeo que subió a YouTube:

«Cuando lo subí, en febrero de 2014, no tenía ni idea de la enorme respuesta que tendría»,

ha confesado esta mujer a ‘Daily Mail‘.

de 22 años a la prensa británica.

Oghosa ha podido comprobar que muchas mujeres en el mundo han sufrido el mismo problema:

«Mucha gente piensa que las niñas no pueden convertirse en adictas a la pornografía, pero están equivocados».

UN PARÉNTESIS

La chica tan sólo tuvo un paréntesis en medio de su problema: fue cuando se echó novio. Pero solo le duró 6 meses. El porno era lo más importante.

Cuando comenzó sus estudios universitarios en una ciudad nueva, viéndose sola de nuevo, se reenganchó a su antiguo hábito con más fuerza todavía.

Hubo días en los que se llegó a masturbar hasta seis veces.

«No podía pensar en otra cos. No veía personas en las películas, veía simples objetos sexuales. Me sentía sola y avergonzada de mí misma».

Pero fue tocada entonces por un ‘dedo divino’. Se arrojó al cristianismo como a una tabla de salvación en medio de una tormenta que amenazaba con hacerla naufragar.

«Profundizar en el cristianismo me hizo entender que debía controlar los deseos del corazón, empezando por las cosas que ves y las que haces».

Ahora esta ex adicta al porno pide que se restrinja el acceso de los menores a este tipo de material, al igual que se hace con el tabaco y el alcohol.

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