«¿Usted sabe como se suicida un argentino?, se sube arriba de su ego y de allí se tira abajo».
Con este chiste de sus compatriotas ha querido ilustrar el papa Francisco la idiosincrasia de sus paisanos y el gran «ego» que les atribuye en una entrevista con motivo de sus dos años de pontificado, en la cadena de televisión mexicana Televisa.
En la entrevista, que la cadena ha divido en dos partes, de las cuales la primera ya se ha difundido y la segunda se pasará esta noche, Francisco, el primer papa latinoamericano, habla de una amplia variedad de temas, incluido sus gustos y «penitencias» y de algunas de sus afirmaciones más polémicas.
En un momento de la conversación con la corresponsal de Televisa en el Vaticano, Valentina Alazraki, cuando esta última le pregunta sobre su particular forma de contestar de forma personal a algunas de las cartas de sus fieles, empieza su explicación diciendo que lo que iba a decir podría traerle «un problema personal» en su país. «Simplemente cuento lo que me ha pasado», agrega, para hablar luego de cuál fue la reacción en su país a su nombramiento.
«Los argentinos, cuando vieron un papá argentino, se olvidaron de todos los que estaban a favor o en contra del papa argentino; los argentinos, que no somos humildes y que somos muy engreídos..».
Es entonces cuando, para sorpresa de la entrevistadora, el papa le pregunta: «¿Usted sabe como se suicida un argentino?, se sube arriba de su ego y de allí se tira abajo».
El pontífice recuerda que cuando vivía en Buenos Aires era «muy callejero», pues «iba, venía por las parroquias». Indica que le cuesta «un poquito» acostumbrarse a su actual vida en el Vaticano, aunque ya se ha habituado porque ha encontrado otras maneras de «callejear», como el teléfono.
Revela justamente que su «gran penitencia» son «los viajes», pues no le gustan. «Yo soy muy pegado al hábitat, es una neurosis. Una vez leí un libro muy lindo que se llama: ‘Alégrese de ser neurótico’. Entonces, uno tiene que descubrir las neurosis que tiene, cebarle mate todos los días, tratarla bien, para que no le haga daño ¿no?», explica.
Confiesa, asimismo, que ir a Roma antes de ser papa no le gustaba, porque había «algún ambiente de chisme», por lo cual se iba «enseguida».
Polémica por la «mexicanización»
En otro orden de cosas, el Papa no cree que haber usado el término «mexicanización» para referirse al aumento del narcotráfico y la delincuencia en Argentina le cierre las puertas de México, país que espera visitar pronto.
Preguntado por el uso que hizo de la palabra «mexicanización» el mes pasado, dice que es un término «técnico» que «no tiene que ver con la dignidad de México».
«Es como cuando hablamos de la balcanización, ni los serbios, ni los macedonios, ni los croatas se nos enojan. Ya se habla de balcanizar algo y se usa técnicamente y los medios de comunicación lo han usado muchas veces ¿no?».
El máximo jerarca del catolicismo mostró a finales de febrero pasado su preocupación por el avance del narcotráfico en Argentina en una carta dirigida al legislador porteño Gustavo Vera, en la que pedía «evitar la mexicanización» del país.
Francisco reconoce que aquel comentario «levantó pólvora», pero dice que, según «las estadísticas» que le llegaron de «algunos periodistas» de México, «el noventa por ciento del pueblo mexicano no se sintió ofendido por eso».
«Me alegro, porque para mí hubiera sido un gran dolor que se interpretara de esa manera».
Además, recuerda que el Gobierno mexicano, «después de haber preguntado, aceptó las explicaciones» de la Santa Sede, que «son las verdaderas».
«Eso no me cerró las puertas a México, voy a ir a México».
También se refiere el papa al caso de los 43 estudiantes desaparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala, en el estado mexicano de Guerrero, un asunto que ha dado la vuelta al mundo y que ha puesto en una situación muy comprometida a las autoridades mexicanas.
«De alguna manera están pidiendo que… no digo venganza, justicia, y que se les recuerde».
Opina que echarle la culpa al Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto es «la solución, la respuesta mas superficial».