La joven tuvo que ser ingresada y tratada durante una semana

Un extraño parásito se come la córnea del ojo de una estudiante británica

Podía haberse quedado ciega o tener que sufrir un trasplante

Un extraño parásito se come la córnea del ojo de una estudiante británica
Jess Greaney PD

Dejó sus lentillas en un vaso con líquido para lentillas cerca del fregadero

La estudiante británica Jess Greaney pensó que tenía una infección en su ojo izquierdo cuando le empezó a doler, pero la realidad es que un parásito se estaba comiendo la córnea desde dentro del propio ojo y podría haberla dejado ciega.

Al parecer el parásito, llamado Acanthamoeba queratitis, acechaba en el agua de la residencia donde vivía esta estudiante de la Universidad Nottingham y acabó en su ojo debido a las lentillas que llevaba.

El agua contaminó la lentilla, lo que produce esta infección. El parásito vive en el área entre la lentilla y el ojo, y se come la córnea, entra en el ojo y, en ocasiones, puede llegar a la médula espinal.

CERCA DEL FREGADERO

Jane explicó que el parásito llegó a su ojo porque dejó sus lentillas en un vaso con líquido para lentillas cerca del fregadero, informa ‘Mirror.co.uk‘.

Antes de Semana Santa, un amigo la llevó al hospital, donde los médicos pensaron, inicialmente, que se trataba de una úlcera. Pero unos días después el ojo estaba hinchado, rojo y le causaba un intenso dolor. Fue ingresada para someterse a un tratamiento intenso de vigilancia constante para tratar de salvar su córnea.

Jane, de 19 años, no pudo dormir durante una semana y durante uno de los chequeos los médicos rasparon una capa del ojo con un bisturí.

«Todavía tengo el parásito en mi ojo. Es difícil decir cuándo me podré deshacer de él. Es bastante extraño, es un dolor constante. Mi ojo se cierra por sí solo. No puedo mantenerlo abierto. Pensé que era una infección normal pero uno de mis amigos me dijo que me iba a llevar al hospital».

Después de una dura semana en el hospital, los médicos decidieron que podían darle el alta y que se recuperase en casa, con 41 gotas al día. Ahora mismo, tiene que echarse 22 gotas al día y tiene que ver a los médicos cada dos semanas.

Jane explica que es una afortunada, porque otras personas han tenido que vivir un trasplante de córnea o se han quedado ciegas.

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