El escenario es una ciudad alemana no especificda, donde un agente muy educado y paciente trata de poner freno a los desmanes de un joven borracho que apenas se sostiene en pie.
En el forcejo y amago de huida, el interpelado echa mano de un consolador rosa para intentar clavárselo al agente, aunque más bien lo hace en plan cachondeo, más que nada.
BRAGAS DE REGALO
Cuando ya todo parece esar resuelto se saca además unas bragas de igual color, que le lanza al policía en un último intento porque le deje en paz.